Barbara Castelein y Mirthe Nieuwpoort, dos de las holandesas detenidas la semana pasada en el partido entre Dinamarca y Países bajos, han sido puestas en libertad. Barbara y Mirthe formaban parte de un grupo de 36 aficionadas que fueron acusadas de "promocionar ilegalmente" una marca de cerveza por los vestidos naranjas que llevaban puestos.
"La FIFA no estaba interesada en seguir con el asunto. Hubo un acuerdo entre las partes y se decidió actuar con discreción", aseguró Mthunzi Mhaga, portavoz de la Autoridad Fiscal Nacional (NPA), poco después de conocerse que los cargos contra las aficionadas holandesas habían sido retirados.
El máximo organismo del fútbol mundial confirmaba la decisión a través de un comunicado. "Bavaria N.V. y la FIFA han llegado a un acuerdo por el que todas las partes renuncian a toda reclamación y a hacer más comentarios sobre esta materia".
A su salida de los juzgados, las dos mujeres holandesas fueron recibidas con ramos de flores y una enorme expectación de la prensa, aunque rechazaron responder a las preguntas de los periodistas.
Barbara y Mirthe estaban entre las 36 mujeres que fueron expulsadas del "Soccer City" de Johannesburgo en el partido entre Países Bajos y Dinamarca por "publicidad encubierta"
a Bavaria. De todo el grupo, sólo ellas fueron detenidas. Las chicas portaban la misma indumentaria: un vestido corto que regalaba una marca de cerveza para a animar a la "naraja mecánica". La seguridad del estadio decidió que estaban haciendo un acto de marketing y, tras salir del recinto, pasaron a disposición judicial.
La FIFA, que ha ganado alrededor de 1.000 millones de dólares por medio de contratos publicitarios de cara al Mundial de Sudáfrica, insiste en que Budweiser es la única marca de cerveza pueden hacer propaganda en las sedes de la competición. Bavaria se ha comprometido a "respetar la integridad del programa comercial de la FIFA hasta el final del año 2022".











