La compañía British Petroleum ha superado el listón de los 3.000 millones de dólares en gastos para contener y limpiar su masivo vertido de crudo en las aguas del Golfo de México, en un siniestro iniciado el pasado 20 de abril con la explosión de la plataforma "Deepwater Horizon", en la que fallecieron once operarios. De acuerdo a los últimos datos facilitados por BP, la semana pasada se realizó un desembolso de 500 millones de dólares hasta alcanzarse una factura de 3.120 millones de dólares. Un dinero que no incluye el fondo de compensación forzado el mes pasado por la Casa Blanca, por un valor de 20.000 millones de dólares.
Durante estos 77 días de superlativa catástrofe ecológica, BP todavía no ha sido capaz de taponar efectivamente el pozo dañado que todavía sigue arrojando crudo contra las costas sureñas de Estados Unidos. Las esperanzas de cerrar por completo ese dañino flujo de petróleo se centran ahora en las perforaciones en curso para abrir dos pozos de alivio. Pero esos trabajos no terminarán hasta principios o mediados de agosto. Mientras, las tareas de limpieza se están viendo dificultadas por el mal tiempo reinante en la zona durante la temporada de huracanes.
Con el limitado sistema de contención actualmente en funcionamiento, British Petroleum ha sido capaz de capturar o quemar hasta la fecha el equivalente a unos 25.200 barriles de crudo. Se supone que la empresa se está preparando para aumentar esa capacidad con un mecanismo adicional para absorber el petróleo que sigue manando a una profundidad de unos 1.500 metros, lo que obliga a la utilización de robots submarinos para todos estos trabajos.
Las más recientes estimaciones científicas apuntan a un flujo incontrolado que se sitúa entre 35.000 y 60.000 barriles diarios. Desde el inicio del siniestro, se calcula que dos millones de barriles de crudo han terminado en las aguas del Golfo de México. Esto ha ocasionado enormes daños económicos, ecológicos y también para la empresa BP, cuya cotización bursátil se ha visto duramente castigada a la vista de sus responsabilidades en lo que se considera como el mayor vertido de petróleo en la historia de Estados Unidos.
Este descalabro financiero está alimentando toda clase de especulaciones no sólo sobre la cúpula dirigente de BP sino también sobre su accionariado. Entre temores a intrusiones no deseadas, asesores de la empresa petrolera estarían intentando alentar el interés de rivales y fondos soberanos para adquirir una participación que podría oscilar entre un 5 y un 10 por ciento. Entre las posibles fuentes para esos refuerzos financieros se ha mencionado a entidades como KIO (Kuwait Investment Office) o LIA (Libyan Investment Authority).
Para hacer frente a sus responsabilidades, la empresa británica está suscribiendo un préstamo flexible por un monto estimado en 9.000 millones de dólares. Entre los bancos dispuestos a participar en esta operación, que aportará 1.000 millones de dólares por entidad, figuran, según indicaba ayer el "Wall Street Journal", Barclays, BNP Paribas, Citigroup, Banco Santander, HSBC, Royal Bank of Canada, Royal Bank of Scotland y Société Générale.