El Ministerio de Cultura ha impuesto la ley del silencio en torno a la información publicada ayer por ABC, según la cual 22 de las más de 180 piezas de la colección Várez Fisa que el Estado español compró en 1999 para el Museo Arqueológico Nacional fueron expoliadas en Italia. De momento, mutismo general. La directora del museo, Rubí Sanz, y Paloma Cabrera, conservadora que ha estudiado a fondo la colección, acudieron ayer al Ministerio —según ellas, por otros asuntos—, pero a buen seguro recibieron órdenes de no hablar con la prensa del tema. Rubí tan sólo dijo a ABC que «el Ministerio tiene que estudiar todo el expediente y, cuando se tome una decisión, entonces hablaremos».
Mutismo también en los responsables culturales que estaban en el Ministerio en 1999 —no saben, no contestan— y en el entorno familiar de Várez Fisa, que insiste en la buena fe del coleccionista —está fuera de toda duda— y pide prudencia. Uno de los que mejor conoce esta colección es Ricardo Olmos, arqueólogo, patrono del museo y asesor del coleccionista, quien expresa a ABC su sorpresa por la noticia: «Es una colección muy interesante, la he estudiado, pero desconozco el origen de las piezas».
