efe
Di María pasa el reconocimiento médico con el Madrid
Mal que nos pese, el éxtasis de la Copa del Mundo da sus últimos coletazos y toca regresar al goteo del verano, al runrún de posibles fichajes, renovaciones y otras acciones de propaganda. Del sabor del gol de Iniesta, del recuerdo del gentío agolpándose por las calles de Madrid a la sinfonía de las presentaciones, sueños y proclamas de una temporada de fútbol que anuncia el enésimo duelo: el modelo Guardiola del Barça frente a la proyecto temperamental de Mourinho. Otra vez la rutina disfrazada de normalidad.
Una encuesta realizada a pie de calle desvela que el 64 por ciento de la población española se sintió más feliz en su vida personal después del triunfo de la selección. Y otro informe indica que el nivel de ruido en la capital creció un veinte por ciento en la noche del lunes al martes hasta situarse en una media de 68,52 decibelios, cifra que hubiera alertado a la red de vigilancia de calidad del aire del Ayuntamiento.
El estado de bienestar que ha procurado la selección con su éxito toca a su fin. El Mundial se desvanece con sus retazos. Todo indica que Puyol se marcha del equipo nacional y lo hará público en breve. Se va con 90 partidos, aunque su espíritu permanece con el gol ante Alemania. La selección realizará hoy una de sus penúltimas ofrendas: la efímera Copa del Mundo visitará el Consejo Superior de Deportes y el Comité Olímpico Español. Y el Mundial se cierra con grandes números. Un total de 3.178.856 espectadores visitaron los estadios de Sudáfrica en 64 partidos, una media de 49.670 por encuentro. La tercera afluencia más prolífica de la historia, detrás del Mundial de Estados Unidos 94 (68.991 personas por partido) y Alemania 2006 (52.491).
Adiós al Mundial irrepetible y vuelta a los usos y costumbres. Tiempo de reconocimientos médicos, mensajes positivos en las declaraciones y planes repletos de intenciones. Y para empezar, el Real Madrid. Arranca la era Mourinho.
El Madrid empieza a andar hoy con diez futbolistas: Adán, Benzema, Mahamadou Diarra, Lass, Drenthe, Dudek, Gago, Garay, Granero y Marcelo, los que no han disputado el Mundial. Tampoco estarán dos referentes del club en la última década: Raúl y Guti. Ninguno ha resuelto su futuro y navegan en la indefinición. Raúl lo tenía medio hecho con el Schalke 04 alemán (un equipo que competirá en la Liga de Campeones), aunque no existe confirmación al respecto. Y Turquía parece el destino final de Guti, al que se relacionó con el Galatasaray en un principio y al que ahora se vincula con el Besitkas que entrena Bernd Schuster.
La decena de mundialistas regresará en las próximas semanas, incluido el argentino Di María, primer fichaje de Mourinho, aunque no seguramente el último. El portugués ha convertido en cruzada personal la contratación del brasileño Maicon, el portentoso lateral derecho del Inter, el único jugador del mundo capaz de dejar en el banquillo a Dani Alves.
El Barcelona vuelve a la actividad el próximo lunes con una tarea peliaguda en la maleta: convencer a Wenger de que suelte a Cesc Fábregas a cambio de una pila de millones. De momento, Rosell ha rescindido el contrato de Thierry Henry, que se marcha a la plácida liga estadounidense a jugar con los Red Bull de Nueva York. Aunque mucho más importante que esto fue el crédito sindicado de 155 millones que ha firmado el club con un grupo de bancos y cajas liderado por La Caixa y el Santander.
Dinero fresco para una realidad que subyace al fondo: la falta de liquidez. Según un informe de la consultora At Kearney, las ligas de Italia, España e Inglaterra no son sostenibles económicamente y están al borde de la bancarrota.






