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Hubo un tiempo en el que las gafas de pasta se las ponían las secretarias de las películas antiguas. Se trataba de un accesorio de grandes dimensiones, que llevaban medio caídas y que usaban también como arma de seducción.
Estas gafas cayeron en el olvido hasta que este año se han vuelto a poner de moda como un complemento de lo más «fashion». Tanto es así, que incluso han llegado a poblar las calles de las grandes ciudades de medio mundo y los famosos también las usan.
Graduadas o sin cristales, las gafas de pasta se han convertido en una prenda de vestir imprescindible. Artistas de la talla de Penélope Cruz, Scarlett Johansson y Madonna no han podido resistirse a la tentación.
En color negro, en marrón, con trozos de metal y con los cristales ahumados, como las de Johnny Depp, las gafas ya no son algo que ocultar, sino un complemento del que hacer alarde.
