En el Ayuntamiento de Córdoba, todo depende del cristal con que se mire, y las divergencias se hacen abismales cuando las cuestiones a abordar sondean el estado de las arcas municipales, hasta el punto de caldear en demasía los ánimos de los concejales.
Prueba de ello fue el debate sobre la modificación del plan económico-financiero para el ejercicio 2011, que enzarzó en un cruce de palabras mayores al portavoz del PP, José Antonio Nieto, y al delegado de Hacienda, Alfonso Igualada.
Comenzó este último acusando al alcaldable popular de «haber intentado incidir en la Consejería de Hacienda para que al Ayuntamiento de Córdoba no le concedan préstamos». Además, le criticó por crear alarma pública y decir que las empresas municipales como Sadeco están en peligro. «Eso es totalmente falso —aseveró— porque la inversión anual está garantizada y los trabajadores cobran su nómina. ¿Cómo puede decir eso y quedarse tan fresco?», le espetó.
Nieto no tardó en tomar la palabra y nada más abrir el micrófono, preguntó a su interlocutor si tenía «espías» o «vigilantes» que siguen sus pasos y controlan sus conversaciones. «En lugar de hacerme tanto seguimiento debería trabajar para que las cosas funcionen mejor», apuntó.
Continuó reprobando a Igualada que «un año más, no ha sido capaz de presentar el borrador de los presupuesto cuando establece la ley», y sobre las empresas municipales, le preguntó cómo se va a manifestar la bajada de las transferencias de un 8,7 por ciento en estas firmas públicas, «que generarán pérdidas de más de 26 millones de euros».
Igualada reaccionó más iracundo a la contestación del portavoz popular, acusándole de no estar preparado para abordar cuestiones económicas. «Usted no sabe, no está preparado y lo único que quiere es hacer daño», le dijo, y continuó apuntando que «¡esto no se hace! ¡Pareciera que estamos en la ruina! Por un lado plantean esto y, por otro, que llevemos una política de austeridad. A ver si se aclara, porque no sabemos cómo entender su discurso», dijo.
Finalmente, fue el alcalde quien instó a ambos contrincantes a concluir su interminable gesta.
