De facebook a las colas del desempleo
Si usted no está en facebook no podrá saber cómo va la precampaña electoral en Córdoba. No se pierde nada, obviamente. Entre la realidad y la ficción están facebook o twitter (¿qué hubiera dicho Borges de esto...?). Y el colmo llega cuando se anuncian candidatos, maquetas, propuestas y actos preelectorales en la Red. Los candidatos gastan más yema de los dedos que suela de los zapatos. Si es que son aquéllos los que se implican en tener regado el huerto de la red social cada mañana. Cuesta entender que el continente gane al contenido. Pero, ¿qué son las campañas de un tiempo a esta parte...? En unos momentos de crisis económica brutal, la caravana electoral no va a las colas diarias (a eso de las 8 de la mañana) del desempleo para explicar sus propuestas. Confían en que toda la ciudad estará conectada para seguir sus fuegos artificiales. Lástima. Un reciente estudio del Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA) sobre las condiciones de vida de los cordobeses daba en el clavo: el 52% de la población sólo cuenta con estudios primarios (la mitad de este porcentaje, ni eso); solamente un 43% de los hogares cuenta con ordenador en casa; para el 70% de los cordobeses, el paro es el principal problema que sufre. Hay «muro» para lamentarse.
Rosa Aguilar, la Ceres del PSOE con el campo rebelde
El PSOE le ha encontrado acomodo, finalmente, a Rosa Aguilar para la campaña electoral. A sabiendas de que por Córdoba capital mejor que no venga, pues supone un lastre más en el descuento permanente de la candidatura socialista, mejor llevarla a esos pueblos con olivar por todas partes. Ella, ministra de la cosa, diosa romana Ceres, del campo y la siembra. Claro que más de uno y de dos en el PSOE habrán arqueado las cejas pensando que con un campo en rebeldía y con manifestaciones por doquier por los precios del aceite, el efecto Aguilar va a convertirse en arma de doble filo. Después del fiasco de la visita del comisario europeo de Agricultura para convencerle de que active el almacenamiento privado de aceite, y con una PAC en ciernes que toca la línea de flotación de las ayudas europeas para el campo andaluz, mejor poner a la diosa en barbecho.



