Patrick Pélata ha presentado su dimisión ante el consejo de administración (reunido con carácter extraordinario) de Renault por el escándalo del caso de falso espionaje industrial en la empresa. El consejo aceptó su dimisión, si bien pasará a ocupar otras responsabilidades dentro del grupo, según ha informado el fabricante francés.
Esta decisión fue tomada una vez finalizado el informe de auditoría. De momento, explica Renault, Pélata seguirá en sus actuales funciones, y una vez concluya el proceso se le ofrecerán otras funciones dentro del grupo, formado por la alianza entre Renault y Nissan. “Dejará Renault sin abandonar el grupo”, ha matizado el presidente de la marca del rombo, Carlos Ghosn, quien al tiempo destacaba las “habilidades” del hasta ahora consejero delegado porque siguen siendo “valiosas y un activo del grupo”.
Una vez aceptada la dimisión de Pélata, el consejo de administración ha aprobado otros cambios en la dirección ligados a la auditoria, confirmando la salida de la empresa del director del grupo de Seguridad, Rémi Pagnie, así como de sus dos colaboradores, Dominique Gevrey y Marc Tixador. También han sido relevados de sus funciones Jean-Yves Coudriou, ejecutivo senior de Gestión de Personal, y Christian Husson, responsable del Departamento Legal, a la espera de tomar una decisión sobre su futuro.
Dentro de los cambios en la secretaría general, se va la secretaria Laurence Dors. Ghosn ha reconocido que las decisiones adoptadas por el consejo es una “página dolorosa" en la historia de Renault, al tiempo que ha ratificado la necesidad de adoptar estas medidas para recuperar la confianza en la empresa. Asimismo, y una vez comprado el error cometido con los 3 trabajadores acusados de espionaje (Michel Balthazard, Matthieu Tenenbaum y Bertrand Rochette), la empresa ha alcanzado un principio de acuerdo para subsanar la situación.
Con este consejo extraordinario, Renault da respuesta a la presión ejercida por el Gobierno francés (el Estado participa en un 15% en la compañía), algunos de cuyos ministros exigían la depuración de responsabilidades. Es por este motivo, por el que Pélata había presentado su dimisión el pasado marzo, una vez Renault admitió ante la opinión pública que había sido objeto de una estafa y que el supuesto espionaje industrialno había existido, pese al despido de los 3 directivos. En aquel momento, se rechazó la dimisión de Pélata y los 2 máximos directivos renunciaron al “bonus” de 2010, así como a las “stock options” del pasado ejercicio.