Desde el lanzamiento del motor AMG 6.3 V8, el preparado teutón Brabus, especializado en creaciones extremas sobre la base de los Mercedes-Benz más modernos, ideó un desarrollo de potenciación privativo añadiendo 2 turbos.
Estos turbos presentan una importante innovación: en lugar de girar en el mismo sentido uno lo hace en sentido opuesto al otro, mejorando la combustión. Su soplado es bajo para la potencia final (0,7 bar), lo que unido a una reducción de la compresión de 11,3:1 a 9:1, fruto de unos pistones forjados de menor espesor, da como resultado una fiabilidad indestructible.
En el caso del súperderpotivo de la estrella, el SLS AMG, la potencia pasa de 571 a 700 CV, mientras que el par máximo gana 200 Nm, para situarse en 850 Nm que la transmisión Speedshift-7 original absorbe sin pegsa. La velocidad punta crece así hasta 340 km/h (317 de fábrica), y el 0 a 100 se reduce a 3,7 segundos, una décima menos que en el SLS de serie pese a sus nuevos neumáticos. Por cierto, Brabus ofrece 3 años ó 100.000 km de garantía en sus preparaciones, que se añaden a la de marca.
La conversión mecánica incluye escape de titanio que mejora el flujo de gases y una reducción de peso de 12 kg. Además, suma una válvula accionable desde el puesto de conducción, llamada coming home, que reduce el ruido al entrar en garajes y lugares discretos, permitiendo el resto del tiempo disfrutar de un bramido más contundente.
A todo ello Brabus ensancha la carrocería con una serie de componentes optimizados en el túnel de viento y fabricados en carbono, que pueden ir pintado en el mismo color que el resto del coche o dejar a la vista el trenzado que exhibe el propio material. Los pasos de rueda traseros ganan así 20 mm, lo que permite instalar nuevas llantas. Delante, spoiler inédito y rediseño de aletas para ganar estabilidad direccional a elevada velocidad, y detrás un alerón que incrementa el apoyo a ritmo fuerte.
La suspensión, desarrollada junto al especialista Bilstein, comprende reducción de altura en 30 mm y electrónica de control de dureza para elegir entre modos confort y sport, con reglajes más acusados. Opcionalmente añade Brabus “nose lift”, un mecanismo neumático que eleva el eje delantero 50 mm para acceder a rampas de garaje y superar badenes urbanos sin miedo a tocar con el frontal. Las llantas son 9,5 x 20 delante y 11 x 21 detrás (con nuemáticos 275/30 y 295/25, respectivamente), un 12% más ligeras que las de fábrica; pueden ser de cualquier color.
El exterior se completa con iluminación LED azul extensiva al interior, revestido de cuero (incluso las alfombrillas) específico. Comprende volante más ergonómico, velocímetro con límite en 400 km/h y pedalier de aluminio cepillado.
