La Exhibición de Enganches de la Feria logró salvar los malos pronósticos meteorológicos que la amenazaban pero no pudo con la empresa Pagés, encargada de la gestión de la plaza de toros de Sevilla. A primeras horas de la mañana, la empresa comunicó a los responsables del Real Club de Enganches de Andalucía que no podían acceder al coso de la Maestranza alegando la previsión de lluvia y la celebración de una corrida de rejones que, por sus características, necesitaba un albero firme, algo que no sería posible si antes pasaban por éste las ruedas de los coches de caballos. La decisión indignó a los organizadores, primero porque había sido tomada de forma unilateral por la empresa alegando lluvia cuando la previsión es que las precipitaciones se producirían pasadas las tres de la tarde, hora a la que la exhibición habría terminado, y después porque al ser comunicada ayer mismo no había sido posible desconvocar el acto, para el que se habían vendido cientos de entradas que empezarán a devolverse el martes.
El Real Club de Enganches lamentó ayer el «irreparable perjuicio moral y económico»
La improvisación a la que obligó la decisión de la empresa gestora de la Maestranza de no abrir el coso a los enganches generó desconcierto y no pocos nervios entre los organizadores, que ayer calificaban como de «agravio a Sevilla» esa actitud pero también una imagen del Paseo de Colón inédita, a rebosar de un público expectante que no sólo pudo disfrutar en los previos cuando los carruajes se sometían, a pie parado, al juicio del jurado sino también de la prestancia con la que éstos paseaban.
Los cocheros no pudieron ayer lucirse en la plaza de toros para mostrar como estos espectaculares enganches, algunos verdaderas piezas de arte restauradas para el disfrute de sus propietarios y de quienes lo ven, lo son más cuando evolucionan por el albero, pero sí tuvieron que hacerlo para que los caballos, nerviosos ante un público tan cercano, siguieran el ritmo marcado. Y eso que hubo coches guiados por pequeños de apenas siete y doce años, que realizaron ese recorrido improvisado con una soltura envidiable. No hubo incidentes y, tras dar dos vueltas delante de los jurados ante un público que no dejaba de mostrar su admiración por la belleza de caballos, carruajes y hasta el estilo con el que se habían vestido muchos de los participantes, el certamen se cerró con el desfile del escuadrón de la Policía Nacional portando las banderas de Andalucía, España y México y la interpretación de los correspondientes himnos.
El Real Club de Enganches lamentó ayer el «irreparable perjuicio moral y económico» que le supuso la decisión de la empresa Pagés de no permitirles el acceso a la Maestranza, así como la penosa imagen mostrada ante el embajador de México, país invitado este año. También desde Unicef, su presidente en Sevilla, Ricardo García, lamentaba la decisión de la gestora de la plaza de toros ya que el evento iba a servir este año para lanzar una campaña a favor de esta entidad.
La corrida de rejoneo que la empresa arguyó como excusa no se celebró por la lluvia que empezó a caer sobre Sevilla pasadas las cuatro de la tarde.




