Feria de Abril

Feria de Abril / crónica de feria

Mayoría absoluta en las casetas

La pegada de carteles y las últimas encuestas fueron el centro de atención del politiqueo, pero la gente no estaba para mítines y se dejó de cuentas electorales: las únicas cuentas cerradas son las de las libretas de los caseteros

Día 06/05/2011 - 20.04h
Mayoría absoluta en las casetas
 

Muchos forasteros llaman a las casetas tiendas de campaña. Y este año tienen razón. Ayer aparecieron, como por ensalmo, todos los líderes de la campaña... electoral. A montar su tienda de lemas y promesas. Torrijos, que ha estado unos días con fiebre, se puso bueno. Espadas, que ha estado en el Senado justificando lo que gana todos los meses, cogió el primer AVE. Zoido seguía a lo suyo: haciendo más paradas que el 2 pese a la metedura de pata de su partido, que puso carteles pidiendo el voto en la mismísima portada un día antes de lo permitido por la Ley Electoral. Y Pilar González volvió a exhibir peineta porque para eso es la única cabeza de lista que puede ponérsela. De manera que se confirmó que esto de la política es una feria. O que la Feria es demasiado política. Algo normal si se tiene en cuenta que todo en ella es pura apariencia. Lo que pasa es que cada cual tiene su estilo. La caseta del PP no tiene botellón en la puerta, los camareros van con pantalones negros y camisas blancas y no hay ningún mensaje político más allá de las propias siglas. La caseta del PSOE es una de las reinas de la botellona, los camareros visten a su aire y está coronada por una pancarta verde enorme en la que aparecen todos los candidatos de la provincia fotografiados. La caseta del PA está muy cerca de la noria, los camareros llevan chalequillo y tiene un cartel de su candidata con el lema «Pilar es diferente». Y la caseta del Partido Comunista —IU no tiene—, que se llama La Pecera, está siempre presidida por una bulla de jóvenes con bolsas de plástico a los pies, los camareros llevan una camiseta roja con la hoz y el martillo y no queda ni un hueco libre para colocar otro mensaje político: que si el Che Guevara, que si la revolución, que si la república... Vamos, que la Pecera es una tienda de campaña permanente. Por allí cerca estaba, por cierto, la juez Alaya el miércoles por la noche. Charlaba con unos amigos en una caseta de la calle Manolo Vázquez. Se confirma que Lopera no ha ido este año y que Torrijos ha tenido fiebre.

La Feria está imputada. ¿Quién la desimputará? La respuesta es sencilla: los auténticos protagonistas de la fiesta. Porque la ciudad estará gobernada por determinados políticos, pero la ciudad efímera está dirigida por otro tipo de personajes. ¿Es que nadie se acuerda, por ejemplo, de La Esmeralda? Alfonso, esa mujer que canta coplas y cuenta chistes de mariquitas, es la única que tiene farolillos verdiblancos en toda la Feria porque ella también hace campaña por sus cosas. No, no es por el Betis. Es por la Macarena. Tanta fe tiene en la Esperanza que La Esmeralda ha logrado un milagro: tener la misma cara desde hace 30 años. Y llenar su caseta cantando lo mismo desde el siglo pasado. Ella nunca tiene fiebre. Visto lo visto, en la Feria sólo se le sube la temperatura a los políticos. A Torrijos le faltó tiempo ayer para encenderse con los carteles de Zoido. Y eso que, teniendo razón, la comidilla del real no era el lío del PP, sino la encuesta del CIS. Había que ver a ese alcalde haciendo gestos de triunfo con el puño en alto desde su sillón de la caseta municipal mientras hojeaba los papeles. Se estaba celebrando un recibimiento a los alcaldes de toda la provincia que organizaba la Diputación. Pero la foto también quedó en segundo plano ante los datos calentitos de la encuesta oficial. «Lo que se demuestra es que en Sevilla hay partido», decía el consejero de Empleo, Manuel Recio, tras una charla de oreja a oreja con José Antonio Viera. «Hemos estado hablando de la Feria», confesó después. Qué facilidad tienen los políticos para decir cualquier cosa con tal de esconder la verdad. Por cierto, es lógico que todo esto parezca una fábula porque no hay ni una sola foto de estas conversaciones en estas páginas. Pero hay que aclarar que lo prohibió el Ayuntamiento. Este año sólo dejan a los fotógrafos trabajar cuando ellos dicen. Propaganda pura y dura. Vaya a ser que saquen otra foto como la del año pasado con Monteseirín, Espadas y Torrijos. ¿A que suena raro? Que en plena campaña electoral los políticos no se dejen retratar para la prensa es un dato. Sin embargo, Viera hizo un corrillo para remachar que el PSOE va a mantener su «hegemonía» —esa fue la palabra que usó— en toda la provincia y va a ser la fuerza más votada en la capital.

Ay, qué «jartibles» son los políticos. La gente no entiende de encuestas, de fiebres ni de campañas electorales. Vamos a preguntarle al primero que pase. «Caballero, ¿usted sabe qué se celebra el 22 de mayo?». «El Corpus será, ¿no?», responde. Pues va a ser que no. Así que vamos a lo que vale. La única mayoría absoluta que marcan todas las encuestas es la de las casetas. La de la Esmeralda es un éxito. Igual que el quiosco de los gofres. Aunque también es verdad que el horario ferial va con retraso. Ayer otra vez hubo tardanza en la llegada. Y por lo bajini en el Ayuntamiento reconocieron que han dado permiso a los enganches para entrar al paseo aunque no les toque. Como dice el alcalde, con una situación así, «con cinco millones de parados», demasiado que hay ambiente. Y es que por mucho que el politiqueo se empeñe en ser protagonista con polémicas de última hora y encuestas oficiales, hay una sola verdad inquebrantable en la noche de la pegada de carteles: ahora más que nunca la gente sólo quiere saber qué hay de lo suyo. Trabajar. La Esmeralda, con más años que la puerta, sigue ahí al pie del cañón contando sus chistes: «El mariquita que llega a la casa del amigo y le pregunta a la madre: “¿Está por ahí?”. La madre le dice: “Sí, pero está con cuarenta”. A lo que el mariquita responde: “Pues ahora va estar con 41”. Y se acostó con él». Eso es saber analizar los números y no lo de Monteseirín levantando el puño con la encuesta del CIS. Porque, al fin y al cabo, la Feria son números. La Peña er 77, 14 concejales para el PSOE, Los del 84, 16 para el PP, 33 y el Quinque y 3 para IU. Millones de kilos de basura, cientos de miles de visitantes, la tira de bombillas, tantas incidencias, tropecientos borrachos y equis litros de manzanilla. Con esto de las elecciones, el real se convirtió ayer en un jaleo de cuentas justo cuando las cuentas no salen. Las únicas cuentas que interesan en el albero son las que tienen que cerrar el domingo los caseteros en sus tiendas de campaña. Como dicen los comunistas en la suya, «organízate y lucha». La Feria no merece que la imputen. Organízate y paga. Hasta que dure, vota jamón o, en su defecto, mariscada. Pero organízate y paga. Y el día del Corpus, Dios dirá.

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