El estadio de El Arcángel ha demostrado ser toda una bestia que devora desapasionada y con fruición babeante millones y millones de euros y, al menos, un par de lustros, sin que a día de hoy se haya rematado todavía la última actuación que se está llevando a cabo en su interior: el cierre total con la grada del Fondo Sur.
Por el momento, se lleva invertido de las arcas municipales en ese campo de fútbol casi 50 millones de euros para realizar sólo tres cuartas partes del recinto (la Preferencia y los dos fondos), lo que lo transforma en uno de los más caros del país. Mientras que ya va para una década continuada de obras —más tiempo incluso de lo que tardó el primer estadio en ser derribado una vez hecho— lo que han tenido que padecer los ya sufridos seguidores blanquiverdes. Y la cosa no acaba ahí, porque todavía faltaría por ejecutarse la Tribuna, que algunos han llegado a calcular en unos 35 millones de euros más, y sabe Dios los años que eso supondría.
El Fondo Sur, para junio
Pero, al menos, el alcalde, Andrés Ocaña, aportó una fecha para el final de las obras del fondo: en junio, lo que implica que podría estrenarse a comienzos de la próxima temporada. Entre tanto, los seguidores se muestran «calientes» con las obras de un estadio que desde la A-4 sigue teniendo el aspecto de algo inacabado, pero que, en su mayoría, son incapaces de determinar a quién corresponde la responsabilidad de esas actuaciones.
«Hombre, es que el club primero tiene que pagar las nóminas de los jugadores y luego dedicarse a esas otras cosas», opina Gema López, una seguidora de las de camiseta del equipo en ristre, pero cuando se le aclara que las obras no las tiene que pagar el Córdoba CF se transforma: «¿Ah, no? Entonces van demasiado lentos, sean quienes sean».
Pedro Reina, que en el pasado partido contra el Betis llegó al estadio con su hijo a hombros casi terminando la primera parte por el atasco que había en el entorno del estadio, calificó de «vergüenza» el hecho de que todavía no se hayan terminado las obras y culpó de ello «a razones políticas» y también «económicas», coincidiendo en esa última idea con Manuel Cano Ruiz.
Ese mismo día, el guitarrista José Celular «Niño Selu», testigo de lujo del empate ante el Betis, reconoció que «todos queremos las cosas rápidas, pero hoy el campo es lo de menos y pensamos más en ganar».
«La afición del Córdoba se merece que se acabe cuanto antes, aunque económicamente el club esté mal para eso», estimó, por su parte, «Riyi», encargado de servir bebidas en el interior del estadio, al tiempo que el socio José Castillo consideró que es un «fracaso por parte de quien ha contratado esta obra».
