En política no vale todo, pero una vez dicho, se practica y se ha practicado de todo. Un magnifico artículo de Octavio Salazar habla del «talante» de Zapatero, donde lo aparentemente tierno y naif esconde lo vergonzante. Coñazo de talante y maneras.
En una sociedad como la actual, donde sobre el papel las diferencias programáticas son aparentemente escasas, se habilitan unos días de campaña para que en el cara a cara, en el bote pronto, exista la posibilidad de poner sobre el tapete las contradicciones del adversario, sus incompetencias o las raíces ocultas de su discurso o de sus silencios.
Y todo ello con una atención generalizada.
A mi modesto entender, esto se está desperdiciando en Cordoba. Un poner, como diría el clásico. Si el candidato del PP dice que va a contratar a más gente con los presupuestos, no es que no sepa que en las cuentas hay lo que hay, se le recuerda que eso lo hacía ya la derecha de este país rebajando los salarios a la mitad.
Si el jefe de IU dice que si se pacta con Sandokán él dimite, ¿es que no se fia de Ocaña? Si Nieto echa la culpa de su chica ERE al oscurantismo del PSOE y no le sacan las tripas es que esto va de Versalles.
Si Valderas dice que la batalla final entre IU y la derecha está en Sevilla, ¿es que da Cordoba por perdida? ¿Cuántos metros cuadrados de historia tiene Cordoba? ¡Por Dios, que estamos en elecciones!
El PP es el partido ms votado en Cordoba capital, está en estado de gracia política, destaca en las encuestas y como consecuencia blinda a su candidato. De cajón. O salen a romperle los tobillos (políticamente hablando) o lo sacan a torear o que encarguen una lápida con «Aquí yace lo políticamente correcto».
