Día 16/05/2011 - 09.59h
Las próximas elecciones municipales están originando inquietud en algunos sectores cordobeses ante la eventualidad de que el PP obtenga mayoría absoluta. No hay que olvidar que en las pasadas elecciones fue este partido el ganador tanto en número de votos como en concejales, si bien, al faltarle uno para obtener esta mayoría, no ha podido gobernar. La tendencia actual de la sociedad española hace previsible que mejore los resultados del anterior mandato, y José Antonio Nieto acceda a la Alcaldía de nuestra ciudad.
Una encuesta realizada en diciembre y publicada recientemente por el PP tras hacer 400 consultas telefónicas, le atribuye el 52,4% de los votos, creciendo más del 8% respecto a las anteriores, y confirma el desplome de IU por detrás del PSOE, ambas apenas superando el 20%.
Se ha cuestionado el rigor de esta encuesta. Cabe decir, por un lado que no se conoce la ficha técnica, es decir, las bases del muestreo. Además, la encuesta telefónica puede originar sesgos, máxime cuando se ha realizado hace casi cinco meses, y no se ha tenido en cuenta el efecto de la candidatura de Rafael Gómez. Una encuesta previa del IESA realizada meses atrás proporcionaba resultados más equilibrados, aunque no por ello deben considerarse más fiables.
El deterioro palpable de la economía andaluza, y todavía más de la cordobesa, sin duda pesarán en los electores, promoviendo cambios importantes, pues lo que hay, ya sabemos donde nos ha llevado, y da miedo pensar donde nos llevaría. Parece claro que los deseos de cambio son mayoritarios, tanto a nivel local, como regional y nacional.
El «efecto Sandokán» debe ir desinflándose, según se ha podido observar en diversos actos, con poca asistencia y ante unas declaraciones que no parecen aportar absolutamente nada. Cuando, por ejemplo se habla de legalizar urbanizaciones ilegales, parece que nadie dice que esto supone que la mayoría de los cordobeses que han comprado sus casas pagando todos los impuestos correspondientes deben además pagárselos a los que ha edificado de forma ilegal. ¿Cómo es posible que alguien que ha sido multado con muchos millones de euros por el municipio, quiera ahora ser concejal? Esto ocurre por la ausencia de incompatibilidades en los cargos políticos: es de sentido común que un constructor o promotor no debería ser a la vez alcalde, y autoconcederse licencias, como tampoco es de recibo que los familiares de un gran número de políticos se hayan colocado, generalmente a dedo, en puestos del sector público, empresas satélites o en empresas dirigidas por políticos. Aquí sí se podría hacer un estudio estadístico para demostrar matemáticamente que la proporción de enchufados relacionados con los políticos, incrustados, comisionistas, adjudicatarios de subvenciones perfectamente inútiles, o simplemente que cabalgan a cuenta de nuestros impuestos, es mucho mayor que la proporción del resto de los ciudadanos.
En realidad, los votantes parece que no se preocupan de su bolsillo, preguntándose por lo que pagamos y lo que recibimos. El municipio no está para pagar a sus empleados, sino para proporcionar unos servicios, y a un precio razonable. Si no es así, sobra. ¿Saben los cordobeses lo que cobran los empleados de las empresas municipales? ¿Cuántos trabajan para el municipio que tienen relación familiar con los partidos y con otras organizaciones? ¿Y el salario medio de los funcionarios y laborales del ayuntamiento en cada grupo? ¿Y el horario real de trabajo? ¿Y su formación? Sería conveniente exponerlo en Internet para que cada uno compare con su situación y con su trabajo, y comprobase que en el sector público los salarios son más elevados que en las empresas y en las oficinas particulares, por no hablar de la intensidad del trabajo. ¿Por qué no tienen prioridad los proveedores del Ayuntamiento para cobrar sus facturas, y se pagan antes los sueldos de políticos y empleados públicos? Se están arruinando empresas, originando paro, y cargando la nómina pública a la vez que se dejan de realizar tareas que todos esperamos que se deben hacer.
No son estas las preocupaciones de una gran parte de los políticos, y, lo que es más sorprendente, tampoco de los votantes. Nadie parece decir de forma clara cuál va a ser su política si gobierna el Ayuntamiento, y otros partidos minoritarios, como UPyD, son ignorados, como si no fuese de lo más saludable que apareciesen nuevas fuerzas políticas, y que desapareciesen otras. Así pues, la batalla política se va a dirimir entre los tres partidos actualmente en Capitulares: el PP claramente al alza, el PSOE manteniéndose e IU cayendo estrepitosamente. El poder de Unión Cordobesa será marginal, si es que llega a cuajar. En todo caso, todavía pueden ocurrir cosas que produzcan un cambio en el electorado.



