LOS planes de actuación de la Administración local deben concretarse en el presupuesto, instrumento económico y político que define los objetivos y las actuaciones para conseguirlos. Este año nos hemos quedado sin presupuesto, prorrogándose el que se aprobó para el 2010, y sin que se conozca aún la liquidación de gastos e ingresos de éste último. Aún así, podemos calcular que el gasto al día en bienes y corrientes y servicios del Ayuntamiento está en torno a los 90.000 euros. El mismo concepto de gasto es aproximadamente 375.000 euros al día si nos referimos al presupuesto consolidado. Desde 2008 se ha reducido, pero al ponerlo en relación con el año 2003, el crecimiento ha sido de 100.000 euros al día. El gasto en personal del Ayuntamiento se ha incrementado el 40% desde 2005, y el crecimiento del gasto consolidado en personal ha crecido en ese período el 35%. Gran parte de la financiación de estos gastos viene del bolsillo de los ciudadanos y las empresas de Córdoba, que aportan, a través de los impuestos y tasas con los que contribuyen, el 60% de los ingresos del presupuesto municipal. Cada ciudadano aportó, de media, 560 euros aproximadamente en el año 2010. En 2005 fueron 406 euros, y en 2001, 350 euros. Eso supone que, con este cálculo, cada cordobés ha tenido que poner el año pasado, 210 euros más de los que puso en 2001. La situación actual no es la más adecuada para que esta cantidad siga creciendo. Las cuentas no se van a equilibrar aumentando los ingresos, con un mayor esfuerzo fiscal de las familias y las empresas. En este contexto la austeridad no es una opción, es una necesidad que ha de concretarse en la reducción del gasto corriente, disminuyendo las necesidades de financiación, e incrementando la eficacia en el gasto para que no se vean afectados los servicios municipales.



