El entramado de escenarios tangibles para la cultura con que cuenta a día de hoy la capital lo engrosan un variado abanico de espacios, unos para usos concretos, y otros polivalentes, que impulsan el germen artístico y creador de Córdoba. Y que seguirán haciéndolo, pese al sueño roto de la Capitalidad.
Enmarcados en la categoría de enclaves escénicos y para la música destaca la tríada de grandes teatros municipales, encabezados por el padre de todos, el inmueble de Gran Capitán con capacidad para un millar de personas; le sigue en importancia La Axerquía, para espectáculos al aire libre y que cuenta con un aforo de 3.500 asistentes; y el recién inaugurado Teatro Góngora, antiguo cine, que dispone de una sala principal con 700 localidades y otra cerrada para propuestas alternativas con 300 butacas.
A ellos se suman otros espacios, como el Teatro Cómico Principal, actual sede del Centro Filarmónico Eduardo Lucena; el Teatro Avanti, donde se exhiben producciones artísticas de todo tipo; el anfiteatro al aire libre del Jardín Botánico —con 120 plazas para conciertos o recitales—; el Quiosco de la Música, o el Teatro Duque de Rivas, que se ubica en la Escuela Superior de Arte Dramático Miguel Salcedo Hierro.
En lo que respecta a los museos con que cuenta la ciudad, entre los más representativos se encuentra el dedicado al pintor de la mujer cordobesa, Julio Romero de Torres, que también sirve de sede del de Bellas Artes; el Arqueológico y Etnológico, que alberga una de las colecciones más importantes de España; el centro de arte Pepe Espaliú, donde se expone de forma permanente un conjunto de 35 obras inéditas del artista, además de su archivo personal; o la Posada del Potro-Centro Flamenco «Fosforito», el único de Andalucía dedicado al flamenco de estas características; el Museo Diocesano, que muestra unas 500 piezas que conforman una parte del patrimonio histórico de la iglesia, desde el medievo hasta la actualidad; o la sede institucional del Conjunto Arqueológico Madinat al-Zahara. También figuran el Museo Vivo de Al-Andalus, en la Calahorra, o el Museo de Joyería Regina.
Junto a ellos, se yergue un significativo número de equipamientos que completa el mapa de enclaves expositivos, como el Espacio Iniciarte; el Huerto de Orive; el Centro de Estudios Gongorinos; Vimcorsa; Puerta Nueva, el Palacio de la Merced — con varios espacios— o la sala Capitulares.
La iniciativa privada también contribuye con una variada oferta de espacios. En el listado de galerías de la ciudad están, entre otras, la sala de exposiciones museísticas de Cajasur; Carmen del Campo, Diafragma Foto, Afoco, Arte 21, Carlos Bermúdez, Sala Aires, Studio 52, Góngora Arte, sala Cobalto o Tula Prints.
El dossier que Córdoba presentó para conseguir el objetivo de 2016, ahora frustrado, compila otra serie de infraestructuras culturales en el capítulo de espacios para la producción, la creación y el intercambio. Entre ellas, el espacio Rey Heredia; el avión Douglas DC-7, en el Balcón del Guadalquivir; o las aulas de ensayo de la Casa de la Juventud.
Además de todos estos espacios, existen otros polivalentes, aptos para albergar desde exposiciones, a conciertos, recitales, conferencias y demás disciplinas artísticas. Algunos de ellos son el Palacio de Congresos, en cuyos patios, salones y salas se realizan encuentros, simposios y manifestaciones artísticas; la Filmoteca de Andalucía, donde, además de una biblioteca y una fonoteca, existen tres salas para proyecciones, acciones didácticas o divulgativas y videoarte; o la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, donde, además de formar a artistas, se organizan actividades culturales de todo tipo.
También están al servicio de la cultura la Biblioteca Central de Lepanto, con una superficie útil de 3.730 metros cuadrados destinados al intercambio cultural; los cuatro cines de verano del Casco Histórico; la iglesia de la Magdalena, convertida en espacio cultural para conciertos y espectáculos; los molinos de Martos y de San Antonio; la Casa Mudéjar o el Real Círculo de la Amistad, institución que acoge eventos culturales de todo tipo y que cuenta con una biblioteca con más de 17.000 títulos y un fondo pictórico con cuadros de Julio Romero de Torres, Rodríguez de Losada o Díaz Huertas, entre otros.
