La vida del tenista ha sido calificada como placentera. Sin embargo, la realidad es muy distinta. El tenista profesional que debe disputar una eliminatoria de Copa Davis está obligado a realizar un trabajo de fondo para llegar en las mejores condiciones a la competición. Teóricamente, su jornada laboral no es muy distinta de la que habitualmente tienen en las competiciones de la ATP. Es decir, las agendas suelen coincidir con términos como gimnasio, pista o recuperación.
Al ser el tenis un deporte individual, los jugadores disponen de ciertas libertades dentro del régimen de concentración. El caso más concreto pasa por el hecho de que el capitán sólo cita para salir en los coches oficiales hacia la pista. Por lo demás, los tenistas disponen de manga ancha a la hora de despertarse o ir a desayunar. Ahí y en previsión al gran esfuerzo que van a desplegar, llenan sus depósitos con tostadas, cereales o fiambres. Y a eso le unen mucho líquido.
De hecho, hay más de un jugador que antes de entrar al comedor ya ha realizado su primera sesión de entrenamiento en el gimnasio.
El desplazamiento
Teniendo en cuenta la cercanía del Coso de los Califas con el AC Palacio, la hora de salida suele estar fijada unos 15 minutos antes del entrenamiento. Ahí espera una flota de coches preparada para los representantes de ambos equipos con el fin de hacerle más cómoda la estancia. De hecho, el servicio es 24 horas en función a las necesidades de las delegaciones.
Una vez metidos en faena (y nunca mejor dicho por ser una plaza de toros), llega la parte más importante. Los entrenamientos se convierten en pruebas de fuego, ya que los jugadores se prueban con sus compañeros. Sin duda, eso se convierte en un test más exigente que los que habitualmente efectúan en los torneos.
Ejercicios técnicos de saque, volea, revés o derechas para terminar en peloteos. Incluso, habrá un día específico en el que el doble tendrá un protagonismo mayor. No en vano, cualquier detalle es poco. Después, los jugadores se retiran, aunque en su paseíllo no les queda más remedio que pararse con algunos «infiltrados» que aprovechan el momento para la foto de rigor. Ya en el vestuario, muchos estiramientos previos a las fotos de los infatigables fans, que siempre buscan el gran recuerdo, y un almuerzo casi inmediato. Y es que a las 15.00 horas toca de nuevo raqueta si es el primer turno de entrenamiento el que toca. Como hoy. En todo caso, la cena es pronto también.
Dieta y reposo
Obviamente, la dieta y el descanso son básicos. Para lo primero, el doctor Ángel Ruiz, jefe de los servicios médicos de la Federación Española, se ha coordinado con la cocina del hotel un menú diario. Con todo, alimentos como la pasta, la verdura, la carne y el pescado tienen un gran protagonismo. Incluso, se dice que comen en cantidades «monstruosas».
En cuanto al descanso, a la conclusión de la jornada, hay una sala habilitada con burbujas de oxígeno que sirve para que los deportistas recuperen todo el esfuerzo. Y, además, los fisios están preparados para ajustar las maquinarias con vistas a la jornada siguiente.
Por cierto, en cuanto al tiempo libre, la «play» es una gran ayuda, aunque también los hay que optan por la lectura o el cine. Y es que no todo en sus vidas es tenis, aunque lo parezca por sus día a día. Eso sí, por la noche, aunque no hay «toque de queda», suelen irse prontito a la cama, aunque ayer hicieron una excepción en el nombre de Nadal. En cuanto a los franceses, no hay mucha diferencia.



