Una cena de equipo y una fiesta completaron el programa de actividades del conjunto español de la Copa Davis en Córdoba antes de volver a centrarse en la gira asiática del circuito internacional de la ATP
Día 20/09/2011 - 09.29h
Hasta siempre, campeón». Así despidió un aficionado a Rafa Nadal a su salida del Hotel Córdoba Palacio y, por ende, de la ciudad. Las manecillas del reloj daban las 12.07 y, a partir de ese momento, se puso el colofón a un fin de semana intenso y lleno de emociones con motivo de la semifinal de la Copa Davis, en la que España consiguió el pase a la final a costa de Francia.
De manera escalonada, los distintos componentes del equipo nacional abandonaron Córdoba con la mente puesta en un calendario, siempre apretado, que en esta ocasión les mandará a principios de la próxima semana hasta Pekín (conocida ahora como Beijing por aquello de los toque cosmopolita). El caso es que ahora tendrán algunos días de relax activo. Por ejemplo, Verdasco optó por acercarse hasta las playas de Huelva y desconectar junto a los más cercanos, aunque con el compromiso de «coger la raqueta».
Para el caso, en la capital china dejarán aparcado el espíritu de equipo para pensar en los puntos ATP, esos que suelen darles de comer a lo largo de todo el año, hasta que disputen la final entre el 2 y el 4 de diciembre. Entonces, esperarán vivir fiesta de similares características a las que le ofreció la noche cordobesa el domingo.
Para empezar, los componentes del equipo español tuvieron una recepción en Bodegas Campos, un lugar emblemático en el apartado gastronómico de la ciudad en el que no faltaron las risas, los comentarios y hasta una especie de tertulia en relación a lo que será el enfrentamiento con Argentina. por supuesto, aparecieron capítulos del pasado con aquella final de Mar de Plata en 2008.
Después de un gran esfuerzo durante toda la semana, a los deportistas se les daba manga ancha para que se relajaran, incluyendo una dieta que suele ser muy estricta en cuanto a los alimentos que pueden tomar. Es decir, que no dudaron en disfrutar de la generosa oferta que les suponía darse un homenaje en sus paladares.
Además de la ronda de canapés para abrir boca, los comensales disfrutaron de dos platos característicos como el gazpacho de ajo blanco y una carrillada con puré de patata gratinado. Por cierto, que ese plato llevó el sello de Covap, una de las empresas que más han apostado para la celebración de la semifinal de la Copa Davis. Por supuesto, procedieron a la tradicional firma de barriles que dispensa la casa para los invitados ilustres.
Después, llegó un curioso momento. Los jugadores del equipo español cruzaron mensajes con sus homólogos del baloncesto, quienes lograron el título europeo en Kaunas ante Francia. Hubo llamadas y felicitaciones vía twitter, algo que siempre se suele estilar en los últimos tiempos.
Segundo set
La cena sólo fue el primer episodio de la noche, que dio paso al lado más desdenfadado de la celebración. En La Torre esperaban a los héroes del Coso de Los Califas con unos adornos muy especiales: banderas de España y pelotas de tenis. Por supuesto, también había un grupo de afortunados y afortunadas que pudieron departir con los tenistas y comprobar su lado más humano.
Y lo mejor es que ellos dieron rienda suelta a la distensión, después de soportar los rigores de la competición al más alto nivel. Como no podía ser de otro modo, uno de los sonidos de la noche fue el de Don Omar y su «Danza Kuduro», que tan buenas sensaciones transmite a los jugadores españoles. Por supuesto, no faltaron aquellos que aprovecharon la coyuntura para intentar la foto con los ídolos, con las que hoy poder presumir delante de familiares y amigos. Sin duda, son un reclamo mediático al más alto nivel.
En cuanto a la comititiva, se fraccionó entre los que tenían más ganas de fiesta y los tranquilos. Por la primera vía optaron los técnicos como Costa o Berasategui, entre otros.Por su parte, los jugadores se mostraron animosos, hasta el punto de que no daba la sensación de que fueran los mismos que sudaron y sudaron durante los partidos. Cuentan que hubo un momento culminante cuando irrumpió sonido flamenco en la megafonía del local. Pero lo curioso es que el primero que se arrancó fue Rafael Nadal. Según dicen, no mostró malas maneras «Morenito de Manacor». Eso sí, la anécdota la protagonizó el «infiltrado» Tsonga, quien no dudó en sumarse a la fiesta y fue presentado con todos los honores por Feliciano López, quien hacía de maestro de ceremonias, para regocijo de Marc López. Y es que la mágica noche cordobesa también les atrapó.



