Día 15/03/2012 - 10.28h
Parece mentira que en esta ciudad que pretendió ser capital de la cultura europea haya que pedir perdón por incorporar una obra de arte al patrimonio ciudadano. Pero así es, así fue el lunes, cuando Manuel Quirós, hermano mayor de la Cofradía de la Paz, y Juan Villalba, presidente de la Agrupación de Cofradías, se sintieron obligados a justificar, en la creación de puestos de trabajo, la provocadora adquisición en época de crisis de un nuevo y maravilloso palio para la titular de la hermandad. De la austeridad a la mezquindad hay un solo paso, que nunca debiera darse, pero que en Córdoba se da con frecuencia, incluso en estas fechas.
Cierto es que estos acontecimientos lo van haciendo cada vez más difícil, pues obras como ésta son las que proporcionan el nivel artístico, el orgullo patrimonial y también la emoción religiosa a una Semana Santa. Aquí sólo había un palio que pudiera equipararse a los sevillanos, ahora ya hay dos, y el segundo lleva además acompañamiento musical. La princesa de Córdoba, que ya era la más popular, la más nutrida de niños y también de nazarenos, es hoy la mejor exornada. Antes era resultona, pero no hermosa. Aún así, pocas con tan poco han lucido tanto. Por eso, aunque ya mandaba en la noche de los jardines sin discusión, permitía a los puristas, disfrutar, a la misma hora y sin bulla, del Calvario en el incomparable marco del también Jardín de la Dueñas, donde la Señora del Mayor Dolor paseaba su discreta elegancia al son de la «Amargura» que con mucha corrección interpretaba la banda de la Asociación Álvarez Quintero...
Ahora irá tan costeada y tan resplandeciente que no habrá ojos más que para Ella. Ahora, con su plata y sus cristales, será la Vía Láctea de la noche constelada del Miércoles Santo. Ahora nadie, por sevillita que sea, podrá ponerle un reparo, so pena de ponérselo por la misma causa a las vírgenes sevillanas. De noche todos los gatos de la Semana Santa eran pardos, menos el de la Paz, que era blanco. Ahora ya no es un gato, ahora es una paloma indiscutible y la soberana más cierta de la Pasión cordobesa. Que las reinas de Córdoba se ajusten el talle y empolven sus narices, porque esta princesa va a hacerles pasar a la historia...



