—Acaba de ser reelegido hermano mayor de las Angustias, siendo el único candidato. ¿Qué conclusiones extrae del resultado?
—Demuestra que la cofradía respalda mayoritariamente a la junta de gobierno que he tenido el honor de presidir, y sigue apostando por el proyecto que se le presenta.
—Sin embargo, ha recibido 66 votos en contra ¿Cómo los interpreta?
—La conclusión que podemos extraer es que en el seno de la cofradía se dan diferentes opiniones, pero existe una claramente mayoritaria. Por ello, lo que va a hacer la junta de gobierno que acaba de obtener la confianza de la hermandad es trabajar para lograr los mayores apoyos de los hermanos a su proyecto, centrado en la vuelta a San Agustín, que no podemos olvidar que representa el sentir mayoritario de esta cofradía.
—No obstante, en el contexto de un hipotético cabildo extraordinario para votar el traslado a San Agustín, los apoyos recibidos no alcanzarían la mayoría suficiente...…
—No son extrapolables. Lo que se votaba era estrictamente la elección de un hermano mayor, por lo que no puede plantearse como un plebiscito sobre la vuelta a San Agustín.
—¿Existe una división interna en el seno de la hermandad?
—Nosotros no aceptamos que exista tal división interna. En todo caso pueden existir diferentes formas de entender la hermandad y su futuro. Incluso muchas de las personas que han podido votar en contra de esta candidatura, no se oponen a que la cofradía vuelva a San Agustín. En cualquier caso, en el seno de una hermandad, la existencia de distintos puntos de vista no puede entenderse como una división.
—¿Se plantea que pudiera volver a repetirse un resultado como el del último cabildo extraordinario?
—La junta de gobierno va a trabajar porque ese resultado no se vuelva a repetir. En cualquier caso, si eso pasara, el Obispado tendría que volver a decidir. Nosotros defenderíamos, como ya lo hicimos en su momento, la validez de esa votación.
—¿Es ese cambio de sede el punto único de su programa?
—Es uno de los pilares básicos del proyecto de esta junta de gobierno, aunque no el único. En cualquier caso la adquisición de una casa de hermandad, accesible desde la calle y abierta a los hermanos, es fundamental para el desarrollo de la vida en la cofradía.
—¿Tan complicado es llevar a la hermandad a San Agustín?
—Materialmente, las reformas que requeriría el paso son mínimas. Más importante es la labor de convencimiento de los hermanos.
—Se le ha oído hablar de Catedral.…
—Nosotros creemos que todas las hermandades deberían hacer estación de penitencia en la Catedral. El problema es nuestra actual ubicación, justo en la mitad del recorrido entre la Catedral y San Agustín. Nuestro proyecto contempla estudiar todas las posibilidades para compatibilizar ambas cosas.
—¿Y en el aspecto patrimonial?
—Hemos apostado más por el mantenimiento que por la nueva creación. Hay que tener en cuenta que tenemos un patrimonio muy importante. Por ejemplo, los cuatro evangelistas de nuestro paso son pequeñas joyas que necesitan ser restauradas.