
Así quedan los permisos para podas y quemas de restos vegetales en este 2023
El Ministerio de Agricultura modificará la prohibición de podar entre marzo y agosto, para satisfacción del sector
La nueva Política Agraria Común, que se aplicará a través del Plan Estratégico, ha traído tantos cambios normativos que las organizaciones y los agricultores aún están asimilándolos.
«Está siendo difícil de digerir», reconoce Antonio Caro, coordinador de los Servicios Técnicos de Asaja Sevilla, que hace una advertencia: el 1 de marzo, fecha en la que empieza el plazo de solicitud única de ayudas de la PAC, está a la vuelta de la esquina, y antes de esa fecha «es recomendable tener claros los conceptos clave» para poder hacer cambios, si fuese necesario, en los planes de cultivo.
Dentro de esta marabunta de novedades, hay dos que, en las últimas semanas, han causado mucha incertidumbre entre los agricultores andaluces: los relacionados con la poda y la quema de restos vegetales. ¿Cuándo, dónde y cómo estarán permitidos, en este 2023 y en el marco de la nueva PAC, este tipo de labores?
Labores de poda
El Real Decreto 1049 de Condicionalidad, publicado a finales de diciembre de 2022 para la nueva PAC, planteaba un nuevo problema por el que el sector agrario no tardó en poner el grito en el cielo: la norma especificaba que no se podrían cortar ni podar setos y árboles durante la temporada de cría y reproducción de las aves, de marzo a agosto.
En el periodo anterior, lo que se prohibía era la corta de setos y árboles durante esa fecha, pero no la poda y, tal como se aplicaba, era referido a setos y árboles diseminados, es decir, elementos del paisaje, pero no en una plantación regular de cultivos. «Es una barbaridad que va en contra de la lógica, la poda es fundamental en el ciclo productivo del árbol», resalta Antonio Caro.

Y es que hay muchos cultivos permanentes en Andalucía que se podrían ver perjudicados por esta medida, porque en marzo, muchos, no están podados y ni siquiera se ha terminado su recolección en muchas zonas. Para empezar, afecta al olivar, que en muchas zonas alarga la recolección hasta abril. Además, hay labores de desvareto que se llevan a cabo en julio y agosto, y que son distintas a las de poda propiamente dichas. Con esta nueva norma, no se podrían llevar a cabo.
También se vería alterado el funcionamiento normal de la citricultura, ya que las variedades tardías llegan a cosecharse incluso en junio. En definitiva, es una norma que altera el ritmo normal del sector agrario «de forma totalmente irracional».
«Así se lo trasladamos al Ministerio de Agricultura, asegurándole que suponía un perjuicio para nuestra actividad agraria, y que se creaba un problema donde no lo había», relata Caro.
Se eliminará la palabra «poda»
Desde Asaja Sevilla se muestran satisfechos, ya que el Ministerio de Agricultura, aunque el Real Decreto se encuentre aún en periodo de alegaciones, se ha comprometido a modificar dicho apartado, eliminando la palabra «poda» de la prohibición y volviendo, por tanto, al punto inicial: estará prohibida la corta, pero no la poda de los cultivos permanentes de marzo a abril.
«Se trata de un respiro importante que, aunque aún no es oficial, pues falta que acabe el periodo de alegaciones, ya damos por hecho desde el sector», asegura el coordinador de los Servicios Técnicos, que tranquiliza a los agricultores andaluces: previsiblemente, la modificación del Real Decreto del Ministerio se verá la luz en días, aunque ahora mismo sigue en vigor la norma publicada en diciembre, por lo que no tendrán problemas para llevar a cabo las podas en este 2023 como se ha hecho normalmente.

Los restos vegetales
Cambiando de tercio, la quema de restos vegetales, o de poda, ha supuesto un quebradero de cabeza para el sector desde la publicación de la Ley de Residuos para una economía circular (Ley 7/2022 del 8 de abril), impulsada por el Ministerio de Transición Ecológica y que prohíbe expresamente las quemas de restos agrícolas y forestales salvo por motivos fitosanitarios. Es decir, hace casi un año que el sector agrario lleva buscando soluciones para una actividad que siempre, y amparada bajo normas lógicas, habían realizado sin problemas.
«En la provincia de Sevilla fuimos los primeros en darnos cuentas del grave perjuicio que nos suponía una ley que ni siquiera venía de Agricultura, sino de Transición Ecológica», se lamenta Antonio Caro. Y es que con la cosecha del girasol, en mayo, llegó el momento de deshacerse de los cañotes. «Ahí pusimos el grito en el cielo, ya que no poder quemarlos de forma controlada, como siempre se había hecho», se lamenta el representante de la patronal agraria.
Y es que, con dicha ley en la mano, polémica desde los inicios, las cañas del girasol, las varetas y limpias del olivar… todo eso son restos vegetales que, con la Ley de Residuos en la mano, no se podrían quemar, sino que habría que triturar y trasladar, con el consiguiente gasto que genera al agricultor.
Por ello, pidieron una solución al Ministerio de Agricultura, al igual que hicieron después otras delegaciones provinciales. En diciembre, la Ley de Gestión de la Política Agraria Común «enmendaba» la ley de Transición Ecológica, y especificaba que estaban exentas de la prohibición de quemar restos vegetales y de poda las pequeñas empresas y las micro empresas que, según la definición comunitaria, son las que tienen menos de 50 trabajadores y 10 millones de facturación (las pequeñas empresas) y menos de 10 trabajadores y 2 millones de facturación (las micro empresas). Las que están por encima de esas cifras tan solo podrán quemar por motivos fitosanitarios.
Esperando el broche de la Junta
A pesar de esta buena noticia, el sector está esperando que la Consejería de Agricultura andaluza dé el broche jurídico a esta modificación, aunque la línea en la que, previsiblemente, se moverá, según aseguran desde Asaja Sevilla, es que sea directamente aplicable la ley, es decir, que puedan quemar restos las pequeñas y micro empresas, que abarcan prácticamente al 90% del tejido agrario andaluz.
«Tenemos constancia de que, desde la Consejería de Agricultura se quiere elaborar una norma permanente para las quemas agrarias, para que no nos veamos más en esta situación de desamparo, pero tardará bastante más», asegura Caro.
En terreno forestal
Cabe recordar que, en terreno forestal, la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, ya informó en noviembre de que el régimen de autorizaciones para el uso del fuego en terrenos forestales y en zonas de influencia forestal va a continuar funcionando exactamente igual que antes de la publicación de Ley de Residuos para una economía circular.
Esto es, que todos aquellos agricultores que tengan que realizar podas u otros trabajos que generen restos vegetales en terreno forestal, o en las inmediaciones (400 metros a la redonda), tendrá que pedir la autorización correspondiente a la delegación territorial de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul. Exactamente igual que se hacía antes.