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Radiografía de la tierra agrícola

El campo necesita con urgencia relevo generacional: los propietarios con menos de 40 años no llegan al 10%

Un estudio del portal inmobiliario Cocampo fija la edad más frecuente de los titulares agrarios (un 60%) entre 40 y 64 años

11 febrero 2022, 07:51

El ‘I Informe Cocampo sobre la estructura del suelo rústico en España’, realizado por Cocampo, la startup que quiere posicionarse como nuevo portal inmobiliario de referencia en el mundo rural, arroja datos que ponen de manifiesto la necesidad urgente de dinamizar el mercado de la tierra. El 31,3% de los titulares de explotaciones agrarias son mayores de 65 años. Y el 60% tienen entre 40 y 64 años.

Existe, además, un creciente riesgo de fragmentación a causa del elevado volumen de fincas rústicas que se heredan cada año, dividiendo los terrenos generación tras generación. Esto pone en riesgo la viabilidad de la economía rural: los datos revelan que la renta de los agricultores está fuertemente correlacionada con la dimensión de sus explotaciones, a medida que aumenta el tamaño de estas, la renta se incrementa.

Se trata de un problema creciente, según se advierte en el informe de Cocampo: las fincas heredadas aumentan a un ritmo del 31%, con 174.599 propiedades transmitidas por este motivo en los últimos 12 meses. Por ello, nuevas iniciativas para consolidar (reagrupar) el suelo se hacen necesarias para asegurar la sostenibilidad del campo.

La movilidad sigue siendo baja

Aunque las cifras de los últimos 12 meses —157.350 fincas rústicas vendidas— demuestran el interés creciente de los inversores (un 30% más de operaciones de compraventa que el año pasado), la movilidad de la tierra en España continúa siendo baja: anualmente la compraventa de suelo rústico en nuestro país representa únicamente el 0,25% del total.

A esto hay que sumar, el riesgo real de despoblamiento en el ámbito rural que existe en nuestro país: casi la mitad (48,4%) de los municipios españoles están en riesgo, lo que equivale a la mitad (48,3%) de la superficie del país. Esto está generando ya una fractura social y desconexión entre el mundo rural y el urbano y podría llegar a generar una situación de desabastecimiento, por no hablar de la pérdida de patrimonio cultural y social.

«El mercado del suelo rural es opaco e ineficiente, lo que, entre otras cosas, dificulta el acceso de nuevos propietarios al terreno y la modernización del sector. Por ello, el objetivo de nuestra primera fase es consolidar un ‘marketplace’ de anuncios para la compraventa y el arrendamiento de fincas rústicas», explica Regino Coca, el fundador de Cocampo.

Un análisis que es compartido desde hace tiempo por los expertos: «La transformación digital del sector es ya una realidad, pero el gran reto es que todo el sector se suba al tren de la digitalización. Conseguir que esa transformación digital llegue a todos. Además, se añade la necesidad de que la sociedad entienda el carácter estratégico, innovador y de futuro que tiene el sector agroalimentario y que los jóvenes vean en este sector un mundo lleno de oportunidades profesionales y de futuro», sintetiza Rosa Gallardo, directora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba.

Presentación del informe de Cocampo / Agrónoma

La importancia de la España rural

España cuenta con 50,6 millones de hectáreas (505.989 kilómetros cuadrados). La mayoría es suelo rústico: un escaso 11,8% concentra el resto de superficies como las poblaciones (ciudades…), caminos, construcciones, carreteras, vías férreas o zonas industriales.

El principal uso del suelo de nuestro país por su extensión son los bosques y matorrales: con 19,4 millones de hectáreas en 2021 (38,3% del total). En segundo lugar, se encuentran las tierras dedicadas a cultivos, con 16,9 millones de hectáreas (33%). Y el tercer uso son los pastizales, con 8,3 millones de hectáreas (16,5%).

Las explotaciones agrícolas aumentan su tamaño

Por otro lado, el número de explotaciones agrarias se ha reducido un 12% desde 2005, afectando principalmente a las explotaciones pequeñas: en la última década han dejado de existir 136.485 explotaciones de 5 a 1 hectáreas (35% menos) o de menos de 1 hectárea (39% menos), según muestra el informe de Cocampo.

Además, la superficie total de las explotaciones se ha reducido un 9% desde 2005. Aunque las grandes fincas, de más de 100 hectáreas, han crecido casi un 10%, pasando de 47.296 en 2003 a 51.798 en 2016.

La Superficie Agrícola Útil (SAU) ha disminuido un 7%, equivalente a 1,6 millones de hectáreas, en los últimos 11 años, pero ha sido en una proporción menor que la pérdida de explotaciones. Esto supone que ha aumentado la superficie media de las mismas, pasando de 23 hectáreas, de media, a 24,5 hectáreas, lo que representa un incremento de 6,5% en el tamaño de las explotaciones. Este aumento se ha dado principalmente a las explotaciones más grandes.

Respecto a Europa, España se mantiene por encima de la media en el tamaño medio de las explotaciones, que está en 15,2 hectáreas por explotación en el resto de la Unión (aunque por debajo del tamaño de países como Francia) y es el segundo Estado Miembro con más superficie dedicada a la agricultura (23,2 millones de hectáreas).

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Un agricultor trabaja en un campo de olivos en Córdoba / Valerio Merino

Perfil del propietario

La mayor parte (59%) de la superficie agraria se tiene en régimen de propiedad. Los propietarios son, en su mayoría, una persona física (93,2%), que, además, es normalmente el jefe de la explotación (75,6%). Los propietarios jefes de explotaciones gestionan el 60% de la superficie agraria. Las sociedades mercantiles representan el 2,6% de las explotaciones y el 11,5% de las superficies, es decir, gestionan explotaciones de mayor tamaño.

En cuanto al género existe una gran brecha en la tenencia de tierras con solo 1 / 3 de las explotaciones en manos de mujeres.

El peso del arrendamiento en el suelo rústico

Las explotaciones agrarias arrendadas representan el 32% del total. En el mercado de viviendas este porcentaje es muy inferior, donde las alquiladas solo suponen un 13%, señala el Informe de Cocampo.

En términos de superficie, el 41% del terreno rústico en España está arrendado, siendo inferior al de otros países de la Unión Europea como Francia (82%), Alemania (65%) o Italia (53%).

La necesidad de dinamizar la economía rural

En este contexto, Cocampo surge para estructurar y digitalizar un mercado, el del suelo rústico, que ya existe y que aún siendo relevante es un gran desconocido. También los fondos y grandes patrimonios se han fijado en el campo tanto por su rentabilidad como por ser refugio frente a la volatilidad de los mercados financieros.

«Siempre ha existido el mercado inmobiliario rústico, pero es ahora cuando, por motivos financieros y sociales, existe un interés creciente en el mismo y una necesidad de información y transparencia que puede aportar la digitalización. Hemos creado una herramienta digital que ya existe en España con éxito en el ámbito inmobiliario urbano desde principios de los 2000 y que también existe con igual éxito en el ámbito rural en países como EE.UU.», añade el fundador y CEO de Cocampo, Regino Coca.

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