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José Luis García-Palacios / Raúl Doblado
Presidente de Rural del Sur y Asaja Huelva

José Luis García-Palacios: «El agro será un motor de la recuperación si hay una apuesta por el regadío»

Denuncia que la propuesta de la Comisión Europea de la PAC ignora el papel esencial que el sector primario ha tenido en la crisis

25 mayo 2020, 11:33

José Luis García-Palacios es presidente de la entidad financiera Rural del Sur, la patronal agraria Asaja Huelva y la interprofesional Interfresa, una posición que le permite analizar de manera global cuál ha sido la incidencia de la crisis del Covid 19 en el sector agrario. «Los agricultores han demostrado a la sociedad su papel estratégico y esencial, pero han recibido una patada en sus expectativas por parte de la Comisión Europea, que ha hecho una propuesta para la futura Política Agraria Común (PAC) que va precisamente en contra de la potencialidad del sector agrario».

Sobre la actual campaña cree que se ha puesto a prueba «el altísimo nivel y la profesionalización de los empresarios agrícolas españoles». El agro seguirá siendo un sector capaz de generar crecimiento económico frente a la crisis, aunque para ello «es necesario hacer una apuesta muy ambiciosa para extender el regadío».

—La situación ha sido crítica, pero la agricultura ha demostrado su papel decisivo, ¿el balance final es positivo?
—La situación no ha sido positiva para nadie, ni siquiera para cultivos como los cítricos, que se han vendido a buen precio pero por una situación circunstancial que no durará siempre. La campaña será recordada como una de las más complejas de la historia reciente. El contrapunto positivo era que se había trasladado a la UE el debate sobre el carácter esencial y estratégico del sector, pero la pasada semana llegó una propuesta de reforma de la PAC por parte de la Comisión Europea que ignora esta realidad y fomenta un ecologismo mal entendido, y que no entiende que el agricultor es, precisamente, el primer ecologista porque respeta el patrimonio natural, que es su modus vivendi. Será una pena si tras esta crisis no diseñamos una PAC solvente para una agricultura con visos de futuro.

—Uno de los problemas del sector en Huelva era la carencia de mano de obra. ¿Cómo se ha solventado la situación?
—Cuando Marruecos cerró sus fronteras se frustró la entrada de un contingente de 10.000 personas. Al principio reclamamos una solución, pero la caída en las exportaciones de fresas, provocada por una caída del consumo que ha superado el 50%, habría provocado una situación difícil pues finalmente no habría habido trabajo para ellos. Ahora el problema es otro: la campaña termina y hay miles de personas que deben volver a Marruecos, pero la frontera sigue cerrada. La respuesta del Gobierno es que se pueden ir a trabajar a otras campañas en España, pero la mayoría son mujeres que vinieron a trabajar dos meses y lo que desean es volver a sus casas con sus familias. Estamos haciendo gestiones porque se trata de una situación muy delicada.

Inspecciones laborales

—¿Ha habido un ataque injustificado del Gobierno a las condiciones laborales del campo?
—Sufrimos desde hace años una serie de ataques populistas y demagogos contra nuestro sector, pero la realidad es que en Interfresa nos dotamos de un Plan de Responsabilidad Ética Laboral y Social (Prelsi) que es pionero en España y un modelo en Europa. En nuestro país debemos sentirnos muy orgullosos de las relaciones laborales en todos los sectores y muy singularmente en la agricultura. Las declaraciones que hemos visto en prensa demuestran que falta conocimiento directo, por no hablar de sensatez y sentido común. Quienes tienen que aportar cordura en esta situación tan crítica no pueden ir en sentido contrario.

—La fresa es un producto que no depende de la hostelería, tiene vitamina C que fortalece el organismo frente a un virus… ¿por qué se han desplomado las ventas?
—El problema ha sido el carácter perecedero. El consumidor europeo ha ido al súper una vez a la semana. La fresa que entra en el lineal un lunes, si no tiene rotación, empieza a acumular días que van en detrimento de su calidad, primero visual y después organoléptica. Esto la ha perjudicado mucho.

—¿Y cómo ha sido la campaña del arándano y la frambuesa?
—No será una campaña para el recuerdo por lo positivo, aunque en este caso económicamente han cubierto los gastos más importantes, especialmente la mano de obra. Ambas han tenido caídas de precio pero han estado rozando en algunas ocasiones la rentabilidad; son inversiones plurianuales, no como la de la fresa, en la que se ha abandonado más de la mitad de la superficie.

Inversiones

—Las inversiones en el sector agrario estaban creciendo. ¿Afectará esta crisis a estos nuevos proyectos?
—Actualmente se están haciendo inversiones en la compra de fincas porque los empresarios siguen haciendo planteamientos de crecimiento en el futuro, estudiando mejoras varietales, técnicas, logísticas… Es un sector muy dinámico que hace planes a medio y largo plazo. A nivel agrario es muy difícil encontrar un sector más profesionalizado y tecnificado que el de los frutos rojos, tanto en innovación como en el desarrollo de las explotaciones, lo cual denota que hay una gestión muy cualificada que diseña estrategias a medio y largo plazo.

—Fondos de inversión han puesto el foco en Andalucía para desarrollar plantaciones en seto de olivar y almendro. ¿Continuará esta tendencia?
—Estoy seguro que sí, pero pasa por extender el regadío, que multiplica exponencialmente las posibilidades de generación de riqueza y el mantenimiento del medio humano en el entorno rural. El secano está bien donde no haya otra opción; pero si la Junta de Andalucía quiere una industria agraria potente y con futuro debe impulsar el regadío.

—Ante esta evidencia, ¿por qué no hay una expansión ambiciosa del regadío?
—El problema es de quien vincula un pantano con una ideología. Hay un ecologismo mal entendido que no ha sido capaz de ver cómo el regadío propicia el mantenimiento de los medios rurales, mejora las unidades productivas y mantiene el medio rural con vida. Si queremos que la agricultura sea realmente un sector tractor para superar la crisis es esencial pensar en la extensión del regadío.

—La Junta de Andalucía quiere reactivar inversiones con fórmulas de colaboración público-privadas. ¿Esta filosofía puede extenderse al regadío?
—Rural del Sur se ha puesto a disposición de la Administración para hacer de herramienta financiera y facilitar estas inversiones. Algunas están planificadas, diseñadas y solo queda ejecutarlas. Hay que hacer inversiones productivas, que garanticen un futuro económico más estable, con retornos rápidos y tendiendo puentes con la parte privada, que debe ser decisiva.

Covid-19

—Rural del Sur lideró hace dos años la creación del Banco Cooperativo Español. ¿Ha sido útil para afrontar la crisis del Covid-19?
—Estar en un grupo de 29 entidades es muy útil. Se constituyó un comité de crisis que se ha reunido varias veces todas las semanas para buscar soluciones a problemas comunes. Hemos sido muy proactivos en la crisis y, guardando todas las precauciones sanitarias, hemos mantenido abiertas todas las oficinas. En momentos de zozobra los clientes tienen que ver que estamos cerca; era esencial mantener el clima de confianza. También hemos sido felicitados por el ICO por la ágil gestión y buen uso que se ha hecho de las líneas de financiación.

—El uso de la banca móvil se habrá disparado…
—Sin duda. Y en ese sentido nada volverá a ser como antes. La sociedad se ha visto obligada a hacer un uso intensivo de la tecnología, se ha habituado a ella, y eso permanecerá. Esta semana tendría que haber ido a Madrid a un consejo que se ha hecho en una plataforma virtual, me he ahorrado muchísimas horas. Por supuesto habrá que seguir yendo a Madrid, pero no tendrá sentido hacerlo tanto como antes.

«La crisis obliga a ser imaginativos»

«Hay muchas empresas que no hacían venta directa ni online, y la crisis les ha obligado a ello», comenta García-Palacios. Para una compañía que produce miles de toneladas el canal online no es una solución, pero es el ejemplo de que «en muy poco tiempo los empresarios han sido muy flexibles y ágiles a la hora de buscar todo tipo de soluciones». En estas crisis se percibe muy rápidamente «que aspectos de la empresa son sustituibles, cuáles prescindible y cuáles mejorables». De aquí surgirán mejoras notables en ámbitos como la logística y estructuras empresariales más flexibles capaces de adaptarse a cambios muy bruscos del entorno».

Ámbitos