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Tomates / Agrónoma
Hortalizas en Almería

Una campaña más con los números sin cuadrar

«Los agricultores de tomate asumen unas pérdidas de 25 millones de euros y los de sandía y melón unos 75 millones»

5 julio 2021, 17:37

Una sensación amarga es la que ha quedado a una mayoría de agricultores en el cierre de la última campaña de hortalizas en Almería, una campaña que deja a los agricultores de tomate unas pérdidas de 25 millones de euros y que deja para sandía y melón unos 75 millones de euros aproximadamente.

Se confirma el liderazgo del pimiento como principal producto de la oferta almeriense, al que seguiría la sandía si hablamos de superficie, no podemos decir lo mismo de sus precios. El tomate, por su parte vuelve a perder peso en superficie y también en valor.

Esta situación es preocupante y llama clamorosamente la atención de que a pesar de tener menos oferta, fundamentalmente porque la pérdida de hectáreas, también la vendemos a menor precio. Este descenso del tomate se traduce en el incremento de otras producciones, como ocurre con calabacín, producto “refugio” para muchos de estos agricultores, y que tampoco ha tenido una primavera como para tirar cohetes. Y es que éste, ha sido un año marcado por grandes diferencias e inestabilidad en los precios, con momentos muy complicados de los que ningún producto prácticamente se ha librado.

Acuerdos comerciales

Que el sector tiene muchos frentes abiertos es algo indiscutible, y que la repercusión de la falta de control a los Acuerdos Comerciales con Países Terceros resulta ya más que una evidencia, un aspecto que debe solucionarse cuanto antes y al más alto nivel.

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Tomate cultivado en invernadero / Cooperativas Agro-alimentarias

Que el tomate lleva camino de perderse no sólo en Almería o España sino en otros puntos de Europa es una inquietud compartida, y que además se corre el riesgo de ir afectando a otros productos, como calabacín por ejemplo, es una de las ideas que desde Asaja hemos querido lanzar en las reuniones que en este tramo final de la campaña hemos mantenido con los eurodiputados españoles; el tomate está riesgo, sí, pero el riesgo no es exclusivo para estos agricultores.

Es normal que el agricultor se sienta indefenso, indignado también, dispuesto a salir a la calle para denunciar que Europa está manteniendo una doble moral, injusta, porque mientras incrementa exigencias por una PAC verde, disminuye el presupuesto y no hace valer los estándares de calidad que exige a sus propias producciones a las que llegan de otras zonas del mundo. Es un fraude al agricultor y también al consumidor del que llevan años siendo cómplices.

Por eso no pararemos allá donde tengamos que ir, e insistiremos para ir haciendo un frente común que defienda nuestro modelo productivo familiar y sostenible. Ahora, cuando vemos que los números de la última campaña no cuadran y muchos empezamos ya a planificar la nueva cosecha tenemos también que planificar las actuaciones que llevaremos a cabo en los próximos meses.

Porque la presión no debe parar y debemos ir ampliando frentes para encontrar una solución a uno de nuestros históricos caballos de batalla que tiene a múltiples actores, ya sea Marruecos, Turquía, Sudáfrica o Mercosur, la política comercial debe ser justa y equitativa con la nuestra o poco a poco se irá desmantelando todo un sector que recordemos es estratégico y esencial y que ha demostrado especialmente en tiempos de pandemia el papel que tiene para nuestra sociedad.

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