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Cultivo de girasol / Agrónoma
Campaña de cereales

La debacle del girasol alto oleico

«En este año atípico estamos saturando las industrias de alto oleico cuando menos demanda tienen»

31 agosto 2020, 11:37

Hace unos meses, concretamente a finales de enero, escribí un artículo previo a la siembra del girasol. En el mismo auguraba un incremento importante de siembra de semillas de alto oleico junto a una bajada de la prima diferencial de precio con respecto a las pipas convencionales. Ese diferencial llegó en la cosecha de 2019 a 150 euros/tonelada y se liquidaron pipas alto oleico con precios cercanos a los 500 €/tm.

Específicamente, en el final del artículo decía «Aunque pienso que este año el alto oleico seguirá teniendo una prima importante, es posible que el algún momento no muy lejano, podamos ver una inversión de la prima y que se termine primando las pipas convencionales sobre las de alto oleico». Claramente me equivoqué y no ha habido tal diferencial de precio, ya que la prima que se está pagando se sitúa entre 0 y 10 €/tm.

Tampoco era imaginable vivir la situación que estamos viviendo con la pandemia del Covid-19, que se ha llevado por delante muchísimos sectores, entre ellos el canal Horeca (Hostelería, Restauración y Catering). Este canal, es precisamente el gran consumidor del aceite alto oleico. Situación que ha generado graves problemas a la industria, ya que por un lado va incrementando el estocaje al retrasarse las retiradas de aceite vendido y por otro han dejado de vender aceite por falta de demanda.

Gran cosecha de alto oleico

A esta situación hay que añadirle que nos encontramos, por primera vez, con una cosecha muy superior de alto oleico. Veníamos estos años atrás con que el porcentaje de siembra era 60-70% convencional y un 30-40% alto oleico, y este año atípico es justamente el que invertimos esos número saturando las industrias de alto oleico cuando menos demanda tienen.

En la composición del precio de compra, las industrias normalmente se basan en el precio del aceite que marca Rotterdam, y con unas sencillas cuentas se calcula el precio de las pipas. Pero en un país deficitario como el nuestro y un año como este, los industriales también se han fijado mucho en los precios de reposición de mercancías en los puertos. Lo que está claro es que como empresas privadas que son, siempre intentarán sacar el máximo beneficio a su actividad.

Representantes del sector productivo critican cada año las actuaciones de la industria por los bajos precios. Pero hacen poca autocrítica, ya que la mayoría de nuestros agricultores están muy poco organizados y encima entregan la mercancía de manera inmediata a precio abierto.

Con esta situación, el poder de negociación es mucho más bajo. Esto nos lleva a un descenso continuado de la superficie de siembra en Andalucía, pasando de 400.000 hectáreas a poco más de 200.000 hectáreas.

Está claro que los compradores no van a ayudar a cambiar esta dinámica teniendo la opción de los puertos y compitiendo en mercados tan maduros. Pero tenemos una ventaja que no sabemos aprovechar y es que cuando nosotros cosechamos no suele haber pipas en los puertos.

Por ello, creo más culpa la tienen los agricultores y algunos de sus representantes. Que en lugar de criticar a la industria deberían de centrar sus esfuerzos en organizarse para tener fuerza negociadora, teniendo capacidad de almacenar la mercancía y manejando volúmenes muy grandes.

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