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Olivar / AEMO
Estimaciones de AEMO

El estado de la aceituna hace prever una cosecha de aceite «media-baja» para 2022/23

La asociación espera precios estables, aunque avisa de que pueden verse condicionados por factores externos como la guerra de Ucrania o la sequía

14/06/2022 Actualizado a las 07:26

En vísperas al inicio de la fase de endurecimiento del hueso, la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO) ha hecho una primera valoración de las aceitunas viables en árbol para la campaña 22/23.

Si bien, ha destacado que, «aunque la fuente de nuestra valoración no es científica, ni basada en una prospección extensa de campo, sino en la recopilación de impresiones de diferentes técnicos, agrónomos, expertos y agricultores de diferentes zonas del sur de España, podemos afirmar que la fructificación en general es a lo sumo media, y en algunas comarcas y variedades es baja, porque los citados episodios desfavorables de mayo han hecho mella en la viabilidad y el cuajado del fruto».

Aforos muy preliminares

Desde la asociación insisten en que «es demasiado pronto para comenzar a hacer aforos de cosecha y no daremos cifras aventuradas porque queda mucho partido por jugar, condicionado por la menor o mayor dureza de las temperaturas para este verano y otro factor más determinante aún, las precipitaciones que se avecinen, o no, en el inicio del otoño lo que marcará la mejor o peor lipogénesis o formación de aceite allá en septiembre-octubre-noviembre, y que tan crítica es en la cantidad final de aceite».

No obstante, han vaticinado que «la cosecha 22/23 en la Cuenca Mediterránea no será ni mucho menos alta, más bien media o media-baja, según las zonas, basándonos en los datos que nos llegan de otros países productores, y en el gran peso de la producción española en el global».

 

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Aceituna de mesa / IGP Aceituna Manzanilla y Gordal de Sevilla

Fortaleza en los precios

«Siendo así, y con un enlace en nuestro país a lo sumo de 400.000 tn (2.5-3 meses de comercialización) auguramos fortaleza en los precios del aceite de oliva porque el balance entre oferta y demanda para la próxima campaña de producción y comercialización será equilibrado.

No obstante, dependen también de otros muchos factores globales que influirán en mayor o menor medida, como la tensa situación del mercado de grasas vegetales derivado de la crisis de Ucrania o los efectos de la inflación en el consumidor, entre otros», aseguran desde AEMO.

En este marco, recuerdan que «una superficie importante de olivar en riego, el más productivo, esta acusando las restricciones en las dotaciones de agua y el aumento del coste energético con lo que el potencial productivo de estas plantaciones se reducirá de una forma significativa».

Antecedentes

Una vez alcanzada la fase fenológica de endurecimiento del hueso, AEMO detalla cómo ha evolucionado el olivar español en los últimos meses.

En primer lugar recuerdan que, «dada la sequía arrastrada en gran parte de España, las expectativas iniciales para la floración que se avecinaba eran bastante pesimistas. La falta de agua en el suelo y un invierno seco, que sucedía a todo un año también seco, nos señalaban crecimientos vegetativos limitados y un estrés en el árbol que no presagiaban buena floración porque el olivo regula el futuro fruto en función de lo ‘fuerte que se sienta’», explica la asociación en un comunicado.

Posteriormente, continúa la asociación, «llegó marzo y abril y ciertamente llovió en la España olivarera, y lo hizo por encima de la media en estos meses críticos. Con acumulaciones de precipitaciones de 200 o hasta 300 l/m2 en algunas zonas el panorama cambiaba. Siendo así, y considerando la gran capacidad de reacción del olivo, mejoraron sensiblemente las expectativas y esperanzas de una floración más favorable y por tanto una mejor cosecha futura».

Finalmente, AEMO hace referencia a mayo: «Llegó el momento crítico de la floración y el aspecto de partida del olivar era mejor por la lluvia acumulada… pero el campo es el campo, el riesgo es el riesgo y se sucedieron dos circunstancias negativas: por un lado varios episodios de temperaturas extremas históricas entorno a la plena floración, o fase del frutito recién formado, que podemos afirmar que hicieron bastante daño, en unas zonas más que en otras. Por otro lado, en vastas comarcas del sur de nuestro país, esta plena floración coincidió con intensos episodios de lluvia que «lavaron» el polen, dificultando la necesaria polinización», concluye AEMO.

Escrito por

Redacción

Redacción de ABC de Sevilla

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