
Momento clave para la polilla del olivo: así está afectando al olivar andaluz
La RAIF aconseja recurrir al control sanitario cuando se registre un valor superior al 20% de aceitunas con prays vivo y un 20% de huevos eclosionados
La generación carpófaga de la polilla del olivo es la que afecta al fruto, recuerda la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF) en un comunicado en el que detalla que el mayor daño se produce cuando los adultos de la anterior generación depositan las puestas en su unión con el pedúnculo.
La larva penetra hasta el interior del hueso de la aceituna alimentándose todo el verano de la semilla, en este proceso, se produce una primera caída de frutos, relativamente difícil de cuantificar, provocada por el propio árbol y engordando sus frutos restantes.
Caída de San Miguel
Una vez alcanza su máximo desarrollo larvario realiza una galería hacia el exterior que coincide con la inserción del pedúnculo con el fruto provocando la caída de la aceituna para poder crisalidar en el suelo. Suele producirse a lo largo del mes de septiembre, siendo más acusada en la segunda mitad de dicho mes y se conoce coloquialmente como caída de San Miguel.
La RAIF recuerda que la biología de este agente está muy unida a la meteorología y fenología del cultivo, cualquier cambio de estos dos factores influye en su incidencia sobre el olivar.

Por ejemplo, con valores inferiores al 60% de humedad relativa los huevos se desecan en pocas horas.
Además, las altas temperaturas durante los meses de verano producen una gran mortandad de las larvas alojadas en el interior de los frutos, afirma la RAIF.
Incidencia y control
En la presente campaña y a lo largo del mes de agosto, se han realizado observaciones para comprobar la incidencia de las larvas de esta generación sobre el cultivo. Como resultado de las mismas, han destacado las provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla, registrando unos valores medios provinciales de 0,70, 0,40 y 0,40% de aceitunas con prays vivo, respectivamente.
Por todo ello, desde la Junta de Andalucía recomiendan la realización de un control fitosanitario para paliar la incidencia de esta generación carpófaga, cuando se registre un valor superior al 20% de aceitunas con prays vivo y un 20% de huevos eclosionados.
Estos controles se suelen realizar entre finales de mayo y el mes de junio, dependiendo de áreas de cultivo y de la meteorología de cada año.