Así afectan las chinches fitófagas al cultivo del algodón
La RAIF recomienda que los tratamientos se realicen una vez que se alcancen poblaciones altas, entre 100.000 y 150.000 ninfas/ha, de «Creontiades» y « Lygus»
La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de la Junta de Andalucía (RAIF) ha explicado cómo afectan las chinches fitófagas al cultivo del algodón.
En primer lugar, ha detallado que se trata de «una plaga secundaria del algodón que suele aparecer en el mes de julio procedentes de la vegetación espontánea o cultivos colindantes, causando daños importantes en las últimas etapas del ciclo del cultivo, alimentánodse de los botones y de las semillas situadas en el interior de las cápsulas».
En este marco, la RAIF ha afirmado que «el aumento del daño de las chinches fitófagas en el algodón de las últimas campañas puede ser debido principalmente a dos motivos, por un lado, a la menor presión de tratamientos fitosanitarios sobre el cultivo, y por otro, a que cuentan tan solo con un depredador natural, el Orius».
Sin embargo, como viene siendo habitual, desde la Junta de Andalucía recomiendan que los tratamientos solo se realicen una vez que se alcancen poblaciones altas, entre 100.000 y 150.000 ninfas/ha (10-15 ninfas/sábana), de «Creontiades» y « Lygus».
Más de 50 variedades de «Lygus», solo seis en la Península Ibérica
Como señala la RAIF, «las principales y más abundantes especies de chinches fitófagas que nos podemos encontrar en este cultivo son la ‘Creontiades pallidus’, ‘Lygus gemellatus’ y con una menor presencia ‘Oxycarenus hyalinipennis’ y ‘Oxycarenus lavaterae’».
Cabe destacar que el género «Lygus» tiene más de cincuenta especies de las cuales solamente seis se encuentran en la Península Ibérica. Si bien, los daños que provocan son similares a los de «Creontiades» y a nivel práctico se suelen sumar las poblaciones de «Creontiades» y «Lygus» para la toma de decisión de tratamientos fitosanitarios.
Síntomas y características
Los síntomas característicos de «Creontiades pallidus» y «Lygus gemellatus» en los cultivos son los daños producidos tanto por las ninfas como por los adultos, los cuales acceden a los botones y a las semillas del interior de las cápsulas y producen el manchado de la fibra del algodón.
Asimismo, las heces son fitotóxicas y producen unas manchas oscuras y deprimidas en las cápsulas. En la parte interior de la cápsula en donde se ha producido la picada se desarrolla un callo, que en algunas ocasiones puede confundirse con las penetraciones de las larvas de gusano rosado.
En concreto, estos chinches aparecen hacia el mes de julio, alcanzando las máximas poblaciones durante el mes de agosto y llegando a completar una o dos generaciones.
Acción del «Oxycarenus»
Por otro lado, la RAIF detalla que «Oxycarenus» pasa el invierno en árboles y refugios de todo tipo, juntándose en grandes masas, pasando, en primavera, a plantas herbáceas (principalmente malvas), donde dan lugar a la primera generación, alimentándose preferentemente de sus órganos fructíferos.
Si bien, asegura que «cuando se agostan las hierbas los nuevos adultos se pasan a otros huéspedes como el melocotón y el algodón, donde no suelen criar».
