
El acuerdo que la Unión Europea y la India están negociando hundiría a los arroceros sevillanos
Los productores sevillanos piden que se considere al arroz ‘producto sensible’ a la hora de negociar, pues se trata del mayor productor de arroz a nivel mundial
El sector arrocero encara, al fin tras unos duros años de sequía, una cosecha que será media-alta y que empezará a generalizarse en, aproximadamente, dos semanas.
Aunque la recolección arrancará con cierto retraso y se alargará entre octubre y noviembre, debido a las siembras, que fueron más tardías por las lluvias de primavera, lo cierto es que las expectativas son buenas, algo que ya se ha podido constatar en las parcelas más adelantadas, donde ya están empezando las siegas.
Según la Federación de Arroceros, podrían alcanzarse las 300.000 toneladas, un 50% más que en 2024, en un año en el que se ha sembrado, al fin, el 100% de la superficie, unas 36.500 hectáreas.
Esta cifra llega tras años muy complicados, ya que en 2022 se sembró solo un 30%, al año siguiente no se pudo cultivar por la incompatibilidad de la dotación autorizada con lo sembrado y en 2024 se sembró en un 67% de la superficie total del terreno.
«Climatológicamente, la campaña ha ido muy bien, con buena calidad del agua, con un gramo menos de sal que en la campaña pasada, y mucho sol», explica Eduardo Vera, gerente de la Federación de Arroceros. Aunque han tenido que combatir algunas zonas con plaga de pudenta (un insecto que ‘pica’ el grano hasta dejarlo sin valor comercial), lo cierto es que han podido remediarlo a tiempo sin consecuencias demasiado graves.

Terceros países
Sin embargo, hay dos grandes amenazas para el sector que empañan las buenas perspectivas de cosecha. Por un lado, la falta de materias activas para combatir plagas, que hace cada vez más difícil mantener el cultivo en un buen estado fitosanitario. Y, por el otro, los acuerdos comerciales con terceros países. «Seguimos reclamando a la Comisión Europea que active cláusulas de salvaguardia para el arroz procedente de Camboya y Myanmar», insiste Vera.
La situación respecto a estos países, que ejercen, a juicio del sector, una «competencia desleal» al introducir arroz producido en muy distintas condiciones fitosanitarias, medioambientales y sociales en la UE sin trabas arancelarias, va a agravarse, más si cabe, en esta campaña.
Y es que el convulso panorama internacional, con Estados Unidos imponiendo aranceles masivos, ha hecho que estos países deriven prácticamente toda su producción a Europa.
Según datos de Asaja, que ha reclamado una cláusula de salvaguardia eficiente, hasta agosto de 2025, las importaciones de arroz alcanzaban las 1.586.000 toneladas, casi 70.000 más que la campaña anterior, de las cuales 522.000 toneladas corresponden a Camboya y Myanmar. Este volumen récord ha provocado una caída de más del 15% en los precios percibidos por los arroceros españoles en los últimos meses.
Contra el mayor productor mundial
Por otra parte, preocupa, y mucho, el acuerdo en el que la Comisión Europea está trabajando con la India que, todo apunta, podría cerrarse antes de final de año. India es el mayor productor mundial de arroz, por lo que un trato preferente a este producto para su entrada en el continente europeo podría liquidar, prácticamente, a los productores sevillanos.
«Desde el Copa Cogeca (que aglutina a cooperativas y organizaciones europeas) hemos reclamado que se considere al arroz un producto sensible a la hora de negociar el acuerdo. Esperamos que se atienda nuestra petición, pues si no será un grave problema», insiste el representante de los arroceros de las Marismas.
En cuanto a las materias fitosanitarias, desde la Federación insisten en que se trata de un tema «crucial», pues cada vez tienen menos productos disponibles para combatir plagas y enfermedades. «La provincia de Sevilla tiene uno de los suelos más limpios del mundo y ahora, mantenerlo así nos cuesta el triple de trabajo y de dinero», asegura Vera.