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Cultivo del garbanzo de Fuentes de Andalucía / Agrónoma
Legumbre

Fuentes de Andalucía busca certificar la calidad de su garbanzo con un sello propio

El Ayuntamiento y la cooperativa de la localidad sevillana pedirán a la Junta una Indicación Geográfica Protegida (IGP)

6 octubre 2019, 08:00

El Ayuntamiento de la localidad sevillana de Fuentes de Andalucía y la cooperativa Nuestra Señora del Rosario han unido esfuerzos en un propósito común: certificar y proteger la calidad de su garbanzo. Este domingo se celebra en el municipio el «II Concurso Gastronómico» en torno al garbanzo blanco local, cuya finalidad es dar a conocer las cualidades y propiedades de esta legumbre estrella cuyo cultivo se ha recuperado en el municipio en los últimos años y supera ya las 130 hectáreas.

Es de una de las muchas acciones de promoción que tiene en agenda esta legumbre autóctona, que bajo la marca «Garbanzo Blanco de Fuentes de Andalucía» se presentó oficialmente al sector gastronómico y de la restauración en la presente edición de la feria agroalimentaria Andalucía Sabor, y que espera ver sus cualidades diferenciadoras de color, textura y sabor reconocidas con un sello de calidad propio.

Así lo han manifestado tanto el alcalde de la localidad, Francisco Martínez, como el presidente de la cooperativa, Juan de Dios Caro, que han apuntado que «ya hemos iniciado los trámites para solicitar una Indicación Geográfica Protegida (IGP), pues estamos reuniendo toda la documentación para solicitar a la Junta de Andalucía un sello de calidad propio».

Requisitos que avalen este proyecto no les faltan: «Este garbanzo autóctono tiene unas características especiales en cuanto a blandura, cremosidad y finura que lo hacen único y diferente a los demás», explica el alcalde. «Es un garbanzo que, gracias a las condiciones excepcionales en las que se cría, al absorber mucha agua, se vuelve extremadamente blanco y cremoso a la hora de su cocción, presentándose al paladar cuando se mastica como una crema mantecosa que se disuelve en la boca».

Esta legumbre se caracteriza por ser de un color crema muy claro, casi blanco, su forma es redondeada con pequeños surcos profundos en su superficie y con un ápice encorvado siendo también rugoso al tacto. «Es sabroso, de textura mantecosa y de piel blanda muy fina», apunta el presidente de la cooperativa, que añade que «la relación del municipio con su garbanzo es histórica».

Cultivo con mucha historia

Uno de los requisitos para otorgar una IGP es, precisamente, el arraigo de un producto a una determinada zona geográfica. Y en el caso de Fuentes de Andalucía «se cumple con creces».  De hecho, el garbanzo fontaniego tiene una larga historia, aunque azotada por enfermedades que atacaron duramente a su más preciada variedad, el garbanzo blanco lechoso, que incluso desapareció de sus tierras durante décadas. No obstante, los agricultores siguieron cultivando otras variedades comerciales como el garbanzo castellano, pedrosillano o el conocido como mexicano, que «hoy se venden bajo el sello de grandes marcas e incluso en categoría gourmet».

Aprovechando este avance, la Cooperativa Nuestra Señora del Rosario impulsó hace tres años la vuelta al cultivo del garbanzo blanco porque «su delicadeza se compensa tanto por su calidad, como por sus mejores precios en el mercado», señala Juan de Dios Caro.

Se inicia, por tanto, un largo camino cuya meta podría llevar al garbanzo blanco de Fuentes de Andalucía a convertirse en la segunda legumbre de origen andaluz con un sello de calidad propio, tras el garbanzo de Escacena, que ya tiene su IGP.