«Un ejemplo de coordinación policial», se jactaba en rueda de prensa el comisario Jesús Pacheco, del Cuerpo Nacional de Policía. Un ejemplo —eso sí, con final feliz— de cómo se las gastan los narcotraficantes cuando quieren cobrarse deudas. La Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra y la Gendarmería francesa han logrado la liberación en Marsella (Francia), tras doce días de cautiverio, de un joven marroquí de 33 años que fue secuestrado en Barcelona, donde vive, por una deuda contraída por su hermano, un narcotraficante con varias órdenes de búsqueda y captura cursadas desde Francia por narcotráfico, así como un requerimiento de un juzgado de Barcelon.
Según explicaron el comisario Pacheco y su el comisario de los Mossos Josep Lluís Trapero , el joven fue raptado pistola en mano la madrugada del 1 de agosto pasado cuando salía junto a un primo suyo del bar que regenta, el «Bar Luna» de la calle Consell de Cent, en el barrio barcelonés de El Clot.
La compañera sentimental del secuestrado no denunció el rapto hasta dos días después. Una demora que, según Trapero, se debe a que el entorno de la víctima intentó primero negociar directamente con los secuestradores, que les pedían un rescate de 300.000 euros.
El móvil del secuestro era una deuda contraída entre un clan de narcotraficantes marsellés y el hermano de la víctima —uno de los traficantes más activos en Barcelona— a raíz de una transacción fallida de hachís por valor de 170.000 euros. La víctima del secuestro no tenía ninguna relación con esta actividad ilegal.
La pista: una matrícula Los agentes pudieron descubrir la conexión entre el hermano de la víctima y el clan marsellés. La tarea fue facilitada por la mujer de la víctima, que les dio el número de la matrícula de un vehículo, distinto del que se usó en el rapto, que les llevó a los raptores. Porque estaba fichado. El vehículo y sus ocupantes fueron identificados el pasado abril por una patrulla de Mossos que les controlaba por su relación con el hermano del secuestrado.
Finalmente, el 12 de agosto un dispositivo policial permitió impedir el pago del rescate, que se había concertado en el Puerto de Marsella. Al abortar el pago y detener a dos de los secuestradores, el clan marsellés optó por liberar al joven, que fue encontrado por los agentes poco después andando por la calle, en buen estado de salud. La operación se saldó con cinco detenidos: los cuatro raptores marselleses y el hermano de la víctima.






