Armada con un vestido negro absolutamente literario y elegante, y escoltada por José Luis Borau y por José María Merino, la escritora aragonesa Soledad Puértolas ingresó en la Real Academia Española para ocupar el sillón «g». En la mesa presidencial, el director de la Real Academia, Víctor García de la Concha, acompañado por José Antonio Pascual y Darío Villanueva. Con una candidatura que fue propuesta por José Antonio Pascual, Luis Mateo Díez y Carmen Iglesias, Soledad Puértolas es la quinta mujer académica de entre los 44 académicos. Bajo el título de «Aliados. Los personajes secundarios del Quijote», Puértolas evocó a los personajes en quienes don Quijote encontró «aliento, estímulo, comprensión, amistad, compañía o una clase de complicidad, fugaz o permanente, inmediata o simbólica».

EFE
Soledad Puertas, en la RAE
Numerosas personalidades del mundo la cultura, la política y la sociedad arroparon el ingreso de Puértolas, como el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, quien definió a la autora de "Queda la noche" como una de las mejores escritoras contemporáneas. «Es una gran escritora, que ya lo ha demostrado. Está más que reconocida por todo el mundo para poder estar con todo honor y toda dignidad dentro de la Real Academia Española».
Soledad Puértolas glosó la «diversidad de tipos femeninos» que anidan en el Quijote: Marcela, la hija del ventero, Dorotea, la duquesa, Altisidora y la inalcanzable Dulcinea, que no existe y, por ello, cada uno se la puede inventar a su mod. La relación de don Quijote con las mujeres viene marcada por la figura de Dulcinea, la dama que todo caballero andante ha de tener, la justificación última de sus hazañas. Pero a don Quijote le gusta el juego del amor e intenta zanjar el delicado asunto de su relación con las mujeres ateniéndose a un principio caballeresco: el corazón del caballero pertenece a su dama»
«El mundo del yo»
La escritora zaragozana destacó asimismo, en su discurso de ingreso, que «El Quijote nos muestra el mundo del yo, de la voluntad personal, de los sueños personales. No es un cuento. Es el cuento, la novela de Cervantes. Nos ponemos a hablar de don Quijote, de Sancho, de Dulcinea, de Marcela, de Dorotea, del Caballero del Verde Gabán, del bandolero Roque Guinart, y acabamos hablando de Cervantes y de su empeño por conseguir la inmortalidad. Un tratado sobre la literatura que es, al mismo tiempo, un tratado sobre la vida. Esta es la obra de Cervantes. La literatura como metáfora de la vida. La locura como metáfora de la literatura».
«Los humanos hablamos y hablamos y escribimos y escribimos, —concluyó la nueva académica—, como si nos creyéramos capaces de dominar las lágrimas, los desgarros y las decepciones, y de distanciarnos de los salvajes accesos de alegría y regocijo. En el fondo de tanta palabra, de tanta narración, de tanto contar y tanto escuchar, late siempre la esperanza de que en algún momento sobrevenga el milagro del mutuo entendimiento y se vislumbre la luz de una verdad. Quiero agradecerles la atención que me han prestado y, de forma muy especial, a las señoras y señores académicos. El honor que me han hecho difícilmente encuentra su expresión en las palabras. Les ofrezco, para lo que les pueda servir, lo único que puedo ofrecerles: mi pasión por la literatura y por el maravilloso instrumento que la hace posible, la lengua».
Premio Planeta 1989
Soledad Puértolas nace en Zaragoza, el 3 de febrero de 1947. A los catorce años se traslada, con su familia a Madrid. Estudió Periodismo y Ciencias Políticas. Después de casarse, pasa una temporada en Tronheim, Noruega, y unos años en Santa Bárbara, California. De regreso a Madrid, empieza a darse a conocer como escritora en 1979, cuando obtiene el Premio Sésamo con «El Bandido doblemente armado».
En 1989 ganó el premio Planeta con «Queda la noche»; en 1993 fue recompensada del premio Anagrama de Ensayo con «La vida oculta»; en 2000 fue galardonada del premio NH del mejor libro de relatos con «Adiós a las novias». En 2001, obtuvo el premio Glauka 2001 en reconocimiento a su obra literaria y a su trayectoria intelectual y personal en el ámbito de la cultura. En 2003, recibió el Premio de las Letras Aragonesas, con el que Aragón celebra a una autora «consagrada» y «netamente aragonesa». A partir de 2006 y hasta 2012 forma parte del Patronato del Instituto Cervantes.