Libros / DR. LIVINGSTONE,... SUPONGO

«Ya somos mayorcitos para asumir toda la verdad»

Día 18/06/2011 - 23.54h

Periodista de agencia, radio, prensa y televisión, nació en Madrid en 1948. Como novelista creó a Gálvez, un antihéroe de la Transición. Ha publicado ocho libros sobre la Guerra Civil, a los que ahora suma «La División Azul. Rusia, 1941-1944» (RBA).

ERNESTO AGUDO

Jorge Reverte_Escritor

—¿Ha sido el primer sorprendido por el interés que sigue suscitando la División Azul?

—Tiene lógica. Fueron a Rusia casi cincuenta mil hombres. Si se multiplica por los allegados, da para bastante. Es un asunto que no se ha tocado en exceso, salvo para hacer hagiografías.

—¿Qué le ha llevado a meterse en ese charco?

—La curiosidad por todo lo que tiene que ver con la guerra civil. Y esto tiene mucho que ver.

—Su padre no se arrepintió de ir en la División ¿eso le hizo peor persona?

—No es que se arrepintiera, es que odiaba que le tocara hacerlo. Porque odiaba la guerra y ya se había comido una buena ración. Era una buena persona. De lo que no se arrepintió fue de sus actos.

—Cuando su padre marchó a Rusia, Stalin era más genocida que Hitler,...

—Es muy difícil saber cuál de los dos era más genocida. Pol-Pot aparte, es difícil encontrar dos personajes tan siniestros y malvados. En lo único que era peor Hitler que Stalin es en que planificó la liquidación de todo un colectivo.

—¿La reciente historia de España se aprende en el «Barrio Sésamo»: Arriba-abajo, blanco-negro, bueno-malo?

—Ya somos mayorcitos para asumir toda la verdad. Toda.

—En una reseña de su libro se calificaba a los divisionarios de «matones que se creían cruzados»...

—Iban a matar comunistas, y se creían enviados por la Historia, a acabar con el judeo-bolchevismo... A mí no me gusta la expresión.

—¿Encaja esa definición con Ridruejo, Berlanga, Ciges, Tomás Salvador, Fernando Vadillo…?

—Hay mucha diferencia entre unos y otros. Ridruejo es uno de los responsables de que fueran allí, Berlanga es confuso, Ciges fue un auténtico chantajeado para ir, Tomas Salvador y Fernando Vadillo se creían el discurso de «Rusia es culpable» que inventaron Ridruejo y Serrano.

—La Fundación Tres Culturas ha dedicado una exposición a los diplomáticos que salvaron a 60.000 judíos, pero nadie recuerda que eran diplomáticos de Franco…

—Porque no lo hicieron por orden de Franco, sino a su pesar. Es incierto que Franco hiciera nada por salvar a judíos. Pero hubo magníficos hombres que eran diplomáticos franquistas que se la jugaron por hacerlo. Lequerica intentó que no pudieran actuar. Y alguno fue represaliado por hacerlo, como Propper.

—¿Es imaginable Franco dejando que sus diplomáticos actuaran por su cuenta hasta ese punto?

—No se enteró. Y cuando el gobierno aceptó que pasaran judíos por España, lo hizo con cuentagotas y de algunos se desentendió, ante el asombro de los alemanes, porque eran ciudadanos españoles.

—¿Por qué todo el mundo conoce el bombardeo de Guernica e ignora el de Cabra, igualmente sangriento?

—Porque el de Guernica fue planificado y se utilizó de forma experimental el armamento más sofisticado de la época. Mortíferos de verdad fueron los que sufrió Madrid toda la guerra, y los de Barcelona en 1938.

—¿Si se culpa a los españoles de la División de los excesos de Hitler habría que culpar a los republicanos que lucharon en Rusia de los de Stalin?

—Una distinción importante: la División fue a Rusia a invadir un país. Los comunistas españoles que apoyaron a Stalin sí fueron cómplices de otras cosas, pero no de participar en la defensa de la URSS, que no significaba apoyar genocidios. En todo caso, hay que tener en cuenta que los de la División no conocían los campos de concentración. Aún así, carece de sentido hablar siempre por comparación. El de los comunistas españoles es otro libro.

—¿Y la polémica por la biografía de Franco?

—La polémica es una cosa, y la basura de la biografía es otra. Es una vergüenza que se pueda hacer algo así.

—No habría que decir también en esas biografías que Largo Caballero reclamaba «un baño de sangre» como solución de este país o que Negrín alargó la guerra todo lo que pudo.

—Tengo muy mala opinión de Largo Caballero, pero no he leído su biografía en el dichoso diccionario. Negrín alargó la guerra porque Franco no quiso firmar un acuerdo. No era un asesino.

—Moreno Alonso define la memoria histórica como aquella que «condena una parte del pasado al olvido al promocionar el recuerdo de unos hechos sobre otros», ¿le gusta?

—No.

—Y Semprún decía que los españoles tenían que resignarse a convivir con dos memorias históricas distintas, pero ninguna hegemónica...

—Semprún era uno de los españoles más decentes del siglo XX.

—¿La memoria histórica debe atender a familiares de divisionarios que quieran recuperar sus restos?

—Se ha hecho todo lo posible, y con dinero del Estado por recuperarlos. Y se han recuperado muchos. Me parece muy bien. La diferencia entre unos muertos y otros no debería existir. Unos fueron honrados y otros aún no tienen sepultura digna. Si lo hacemos bien, nadie debe ofenderse, sino todo lo contrario.

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