«Al telespectador se le dice que para recibir el Segundo Programa de nuestra Televisión necesita incorporar algo nuevo a su receptor; un dispositivo para captar las señales UHF», contaba ABC en noviembre de 1964, poco antes de que el ministro de Información y Turismo de Franco, Manuel Fraga Iribarne, pusiera en marcha, al igual que otras cadenas europeas, un segundo canal que emitiese bajo la nueva tecnología.
El desconcierto entre la población por los nuevos aparatos cundió en 1965 y ha cundido en 2010. «Muchas personas mayores están teniendo tremendos problemas para entenderlos y para instalarlos», comentaba hace pocos días a ABC el dependiente de una tienda de artículos audiovisuales de la madrileña calle Barquillo.
Diez botones para un canal
Las dudas, entonces, eran diferentes: «El telespectador contempla el selector de canales de su receptor y comprueba que solo utiliza un canal. ¿Qué ocurre con los nueve restantes? ¿Por qué no podrá recibir el Segundo Programa por cualquiera de los otros canales que quedan libres en el selector?».
Todo el mundo tuvo que gastarse los cuartos si quería disfrutar de La 2
En Barcelona, por ejemplo, sólo estaba ocupado el canal número 4, que era por el que recibía la señal transmitida por la emisora del Tibidabo, mientras que en Asturias se tenía que ver La Primera en el 3, en Granada el 5…. y si se hubiera intentado intercalar La 2 en cualquiera de esos diez canales, habría creado interferencias que le impediría ver las imágenes correctamente.
Vamos, que, al igual que hoy, todo quisque tenía que gastarse los cuartos si quería disfrutar de aquella otra cadena –todo un hito de aquella España que arrastraba un retraso importante con respecto a sus vecinos europeos, también, en televisión– que prestaría «espacial interés a lo cultural, lo educativo y lo religioso».
La VHF, mucho más barata
¿Por qué Televisión Española no empezó utilizando UHF desde el principio si ofrecía la posibilidad de usar muchos más canales? Sencillo. Porque la VHF ofrecía menos canales pero cubría un territorio más amplio con menos estaciones. Es decir, era mucho más barato, por lo que, después, hubo que «afrontar inevitablemente el inconveniente de usar la UHF, a cambio de la ventaja de que al espectador se le ofrezca la transmisión simultánea de dos programas y tenga, por tanto, la posibilidad de elección».
Dos canales que hoy compiten a duras penas con los más de 30 que ofrece la nueva Televisión Digital Terrestre si, claro está, se ha dejado usted los alrededor de 30 euros que vale dicho aparato.