Córdoba

Banco Cajasur, la entidad que viene

Día 25/07/2010 - 10.17h

Fuentes de la BBK han confirmado que su política laboral está «en acercar todo lo posible los porcentajes de negocio y plantilla». Ecuación que se resolverá con una reducción que tendrá que contar con la Junta

SI las rutas de acceso a la web oficial de BBK tuvieran nombre y apellidos, el 90 por ciento de las entradas que el portal de la caja vizcaína, que cumple una semana como dueña de Cajasur, ha tenido estos días firmarían su origen en Córdoba. Todo el orbe cordobés, desde empresarios, peñas, asociaciones, clubes, políticos, a periodistas, abogados, economistas y estudiantes o el mismísimo clero, busca respuestas. Busca elementos para componer el perfil de la entidad que viene.

Una vez muerta Cajasur en los registros oficiales —tardará mucho más en la memoria colectiva—, ¿cómo será Banco Cajasur?, que es, con toda probabilidad, el nombre comercial del nuevo operador financiero que enjuga los activos y pasivos de la extinta caja cordobesa (su nomenclatura societaria será BBK Bank SA, con sede en Bilbao). Podría cotizar en Bolsa y convertirse, a la par, en el instrumento que acogiera nuevas y futuras fusiones. En el horizonte y en el debate político del País Vasco está la fusión con Caja Vital (Vitoria) y Kutxa (Guipuzcoa). La segunda ronda de uniones en el sistema financiero español llegará pronto.

Apenas en una semana hemos tenido retazos de espeso grosor sobre la fisonomía de la que será séptima entidad en activos (49.000 millones) del país y tercera red comercial más importante de Andalucía tras Unicaja y Cajasol, con un número de oficinas de partida de 448, que pasarán a formar parte de la nueva telaraña comercial de Banco Cajasur. Las oficinas de la cordobesa situadas fuera de la comunidad autónoma pasarán a la estructura de BBK, mientras que los empleados de la caja vasca en la región entrarán a formar parte del banco en comisión de servicios.

Solvencia, eficiencia y vascos son las tres palabras que más se han repetido en los últimos siete días tras conocerse que el Banco de España adjudicaba a BBK la intervenida Cajasur por el módico precio público de 392 millones de euros para solapar posibles fallidos de la entidad con sede en Ronda de los Tejares, a modo de préstamo del Estado. Las primeras cuentas de la cúpula directiva vizcaína salen por 800 millones más de euros para fortalecer los castigados recursos propios de la caja, que en los test de estrés publicados el viernes, y en un escenario tensionado de crisis, precisarían otros 208 millones del FROB. Ya en estos primeros compases, BBK ha deslizado que cuenta con 2.700 millones en tesorería para tapar agujeros.

Tomando como punto de partida esos test realizados en toda Europa, BBK ha vuelto a ser la entidad con mejor resultado. Se trata de aplicar un escenario de crisis «infernal» y hacer simulación de cómo afectaría el mismo a la caja de marras. Sobresaliente. Apenas tendría un deterioro de 105 millones de euros en 2011. Para algo está calificada como la caja más solvente. Hasta en ese tensionamiento técnico, BBK mantiene una ratio de solvencia (Tier 1) del 14,6%, la misma que ahora. Rocosa como el Monte Gorbea, lugar de tradicionales caminatas senderistas de los vizcaínos.

Nada más conocerse la noticia del nuevo propietario de Cajasur, las dos agencias de riesgo que más suenan en el mundillo financiero (Moody's y Fitch) se apresuraron a ofrecer sus evaluaciones pertinentes de la operación. Más pesimista la primera que la segunda —engullir a la caja de la paloma le pasará factura—, pero en la unánime conclusión de que puede absorberla sin mayor problema, aunque se activen ciertas alertas a la espera de los primeros pasos de BBK Bank SA o Banco Cajasur y el devenir de los números rojos que ofrece el panel de la entidad cordobesa.

Eficiencia, la clave

Los números negros, como se conoce a los datos positivos en el balance, llegarían a Cajasur en 2013, pasando una travesía roja por 2010, 2011 y tal vez 2012. Hay quien apunta que para ese año se esperarían unos 80 millones de euros en beneficios. El ejercicio 2009 lo cerró Cajasur con 596 millones de euros en pérdidas. Bien es cierto que con un alto índice de provisiones ante su deterioro y las exigencias del banco supervisor.

El otro dardo que nos ha llegado se llama eficiencia. El rosario de datos que lo demuestra es apabullante. Mientras a BBK le cuesta 41 euros captar de los clientes y el mercado 100 euros, a Cajasur, el gasto se le va a 54. La vizcaína es una caja que tiene 2.431 empleados, un 22% menos que la cordobesa, pero gestiona un 40% más de créditos y un 32% más de ahorros. Con menos plantilla logra más y mejores resultados: 186 millones de euros de beneficio neto en junio de 2010, dos décimas más pese a la que está cayendo.

Será esta eficacia la que presida la clave del ajuste laboral que llegará en unos dos o tres años y en dos fases, pero sin medidas traumáticas, como han insistido estos días los directivos vascos. La filosofía de su política laboral está en «acercar todo lo posible los porcentajes de negocio y plantilla para equilibrarlos», dice un alto responsable de BBK. Es decir, un montante de trabajadores acorde al negocio que maneja Cajasur. «Examinaremos cómo es la plantilla. Sus puntos fuertes y débiles. Si vamos ganando en eficacia, iremos ganando terreno y el ajuste será menor», añade esa fuente. «Intentaremos que sea menor que el planteado por Unicaja en los primeros momentos de la fusión con Cajasur», vino a decir Mario Fernández, presidente de la entidad.

¿Significa eso menos de 988 bajas que planteaba Boston Consulting Group? ¿O que ése es el tope a partir del cual y según lo que se encuentre BBK y sus objetivos irá bajando con prejubilaciones y bajas incentivadas...? El mango de la sartén lo tiene la Junta de Andalucía, competente en materia laboral, y que ya está usando el argumento del empleo —con el que pedía flexibilidad cuando Unicaja negociaba con los sindicatos— como defensa ante el «invasor» o la opción no deseada en la puja. «Cosas veredes», diría un gallego al respecto.

Los responsables de la entidad vizcaína ya han anunciado que crearán una mesa con los sindicatos de Cajasur (Aspromonte el mayoritario y UGT más CC.OO., sobre todo) para ir hablando. Su intención es pactar como sea con la Junta el ajuste para no dilapidar esfuerzos en una trinchera que se antojaría muy angustiosa, dado lo tocado que está el PSOE con todo lo sucedido. Está claro que la implantación de los sistemas informáticos operativos de BBK también tendrá sus efectos negativos en el empleo, como el excesivo peso de unos servicios centrales de Cajasur (en torno a 600 trabajadores).

Valga una estampa verídica para pulsar el ambiente respecto a este punzante asunto. En los días en que se ha sabido la llegada de BBK, ha habido trabajadores de Cajasur que han descorchado Möet & Chandon. Los foros en Internet están que arden, y la mayoría celebra el resultado de la subasta que ha levantado ampollas en Unicaja, que no ha tardado en defender que su plan de recortes era más generoso que lo que ahora se vislumbra. La entidad presidida por Braulio Medel anunció esta semana que el ajuste en Cajasur no pasaba de 564 personas en tres años.

BBK parece llevar a fuego en su piel lo de la eficiencia. Los mismos centenares y miles de cordobeses que hayan investigado estos días la web oficial habrán comprobado que esa palabra aparece por doquier: valores, plan estratégico, plan director, discurso del presidente... De momento, ha trascendido que algunas oficinas menos rentables o en demarcaciones de pocos habitantes podrían abrir sólo unos días a la semana. Tampoco hay que descartar las rebajas salariales, pero no hay nada confirmado al respecto.

Organigrama y ladrillo

En cuanto a la estructura organizativa, estos días podría conocerse el nombre de los directivos (se habla de uno o dos) que se harían con las riendas de la Caja. Vendrían del mercado, todo apunta a BBVA, vieja escuela de muchos directivos de BBK. Uno al más alto nivel ejecutivo, y otro para la red, dejando el esquema financiero, de planificación y control de gestión en la sede central. El organigrama ejecutivo de la entidad vasca tiene seis piezas fundamentales: Ignacio Sánchez Asiáin como director general, que se mueve como un consejero delegado al uso; el presidente, Mario Fernández; una directora general de Financiación de Proyectos y Participadas (Alicia Vivanco); otro de Control y Planificación (Javier García) y de Relaciones Institucionales y Comunicación (Juan M. Sáenz de Buruaga). ¿Con cuántos directivos de la Casa se quedarán...? Es la pregunta del millón. «Venimos sin apriorismos, buscamos la eficiencia», precisan las fuentes consultadas.

La gran preocupación está también en el ladrillo, el muro de la morosidad y un alto porcentaje de participadas (hasta el 46%) vinculadas al inmobiliario en Cajasur; su excesivo riesgo, una de las razones del Banco de España para abrir el expediente disciplinario a 40 consejeros y cargos de la Caja desde julio de 2005 hasta hoy. «Es la incógnita de la ecuación», cuentan en BBK, acostumbrada a huir del cemento, su secreto para tener los ratios actuales, y refugiarse en las telecomunicaciones y la energía. ¿Soplarán vientos nuevos y renovables...?

POR J. P. M.

CÓRDOBA

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