El Atlético se enfrenta, con probabilidad, al mayor reto que encontrará a lo largo de la temporada. Una final de Supercopa europea no es algo al alcance del club colchonero cada año, y sin embargo llega en pleno verano, con apenas preparación y con las ideas poco claras a simple vista. O eso parece.
Quique Sánchez Flores sabe lo que se hace y ya lo demostró con creces. De entrada, ya ha conseguido que Salvio abandone la disciplina, y no por nada en contra de este, sino porque prefería a Diego Costa, una alternativa más fiable para «Kun» y Forlán. Pero esa no es la baza oculta de Quique.
El técnico madrileño conoce a su rival. Rafa Benítez es su homólogo en el Inter, y Quique ya le ganó en la pizarra en el Calderón y en Anfield en las semifinales de la Europa League hace unos meses. Una de las habilidades del técnico interista está en el laboratorio, en su ordenador. Benítez mira, apunta y después teje y teje el partido que quiere. Y en eso Quique le lleva ventaja, porque desde Italia no habrán podido ver mucho en Madrid en lo que va de verano.
Y es que el conjunto colchonero lleva una pretemporada floja en lo que a amistosos se refiere. Apenas ningún equipo de importante entidad —aunque ha perdido con dos primeras y empatado con uno—, y nunca un once de gala ni una forma concreta de jugar. Las ausencias de los internacionales hasta bien avanzada la preparación y la llegada tardía de Tiago son las principales razones, y esa es una baza para Quique.
Y es que el conjunto colchonero lleva una pretemporada floja en lo que a amistosos se refiere. Apenas ningún equipo de importante entidad —aunque ha perdido con dos primeras y empatado con uno—, y nunca un once de gala ni una forma concreta de jugar. Las ausencias de los internacionales hasta bien avanzada la preparación y la llegada tardía de Tiago son las principales razones, y esa es una baza para Quique.
Pero todavía tiene un as guardado: Fran Mérida, Jurado y Tiago. Tres nombres para el juego, para el toque y para tener el balón y no sufrir tanto sin él. Probablemente no formen juntos —de hecho, no es seguro que Tiago llegue—, pero cuanto menos, garantizan la incógnita de si el Atleti pretenderá jugar bien, bonito y barato. Pero tampoco es eso lo principal.
Solo doce minutos juntos
El as de Quique tiene dos caras. Sergio Agüero y Diego Forlán. El «Kun» y el «Cacha». La pareja de estiletes sólo ha podido convivir en el campo durante 12 minutos en lo que va de pretemporada y por esto Quique ha tenido que abusar del 4-2-3-1 que no parece la tónica ideal para un equipo con semejantes puntales.
Una de las parejas ofensivas más llamativas de toda Europa, que el Atleti consigue retener un año más en el Manzanares, y que juntos se han revelado capaces de practicamente todo. A seis días y cinco entrenamientos vista, el Atleti se aferra a sus «craks».






