Tiempo de elecciones generales en Suecia. Pero, mientras los políticos se afanan por ganar simpatías, la atención general, el tema estrella en Suecia, es lo mal que se ha portado el Barcelona y en especial su entrenador, Pep Guardiola, con ese ídolo de masas que es Zlatan Ibrahimovic. El pueblo llano, los comentadores, los expertos y los fans del balón, han puesto el grito en el cielo cada vez que han comprobado el constante «mobbing» de Guardiola contra el sueco y la cara de resignación de éste al verse obligado a permanecer en el banquillo. El Presidente del Barça y su entrenador son las personas más criticadas -por no decir odiadas- en este reino.
Y, mientras se recuerda como hace meses todo eran rosas, superlativos y ofertas millonarias para Ibrahimovic, no se comprende que ahora «una química que no concuerda» de un arrogante y caprichoso entrenador catalán contra uno de los mejores jugadores del mundo, pueda obligar a «Ibra» y a su familia a dejar España, país donde le hubiera gustado ver crecer a sus hijos.
Por su parte, Zlatan, que ha soportado en silencio los desprecios de Guardiola, comentó que no sabía que había pasado para justificar la postura del entrenador que «solamente ha hablado conmigo dos veces durante seis meses». Esa forma de actuar tan poco elegante del catalán y la explicación de Guardiola que todo se debe «a un problema interno», no han convencido a estos nórdicos. Muchos de ellos opinan que hay un fondo muy oscuro en toda esta historia, y otros, no tan mal pensados, piensan que «los catalanes son muy suyos» y afirman convencidos que esto no hubiera ocurrido nunca en el Real Madrid.






