Vino, hortalizas, frutas, legumbres y lácteos eran algunos de los alimentos que ayer se pudieron adquirir en la Plaza de España de Valladolid. Eso sí, no eran alimentos que puedan comprarse en cualquier supermercado, sino que eran productos que carecen de fertilizantes y químicos, naturales y con abonados compuestos por estiércol. La capital vallisoletana, que cuenta con cuatro establecimientos de productos ecológicos, se ha convertido en la ciudad que más consume este tipo de frutos. El ejemplo más claro es el mercado ecológico que ayer organizó la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) y que contó con el apoyo del Ayuntamiento y la Diputación Provincial y con la colaboración de la Fundación La Caixa.
Al encuentro, que se pretende repetir tanto en Valladolid como en otras capitales de la Comunidad, acudió una treintena de agricultores y ganaderos. Estos profesionales ofrecieron a los consumidores desde vino de las DO Toro y Ribera de Duero, hasta miel, pasando por hortalizas, legumbres y frutas, sin olvidar los productos lácteos, carne y embutidos.
En el mercado no faltó el presidente del Consejo regional de Agricultura Ecológica, el cuellarano Juan Senovilla, quien se congratuló de que con este modelo de producción se consiguen y aseguran unos alimentos de calidad, a la vez que trata al medio ambiente «con respeto».
Comercio justo
Una de las características principales de este mercado es el comercio justo, una idea que busca evitar el gran problema de la agricultura y la ganadería con la comercialización y la parte económica que reciben los intermediarios. En este sentido, UCCL puso en marcha la Sociedad Cooperativa ARAE con la intención de ser un referente en los mercados ecológicos de Castilla y León. La iniciativa, pionera en la región, pretende incidir en el mercado ecológico regional, desde la aplicación de conceptos agroecológicos, no sólo en el sistema de producción, sino también en la manera de vender sus productos, informa Ical.