Ismael Cárdenas, de 25 años y natural de Tortosa (Tarragona), participó el pasado 5 de septiembre en un concurso de recortadores celebrado en La Monumental de Barcelona. Para evitar recelos por aquello del acoso a los toros en Cataluña y para no espantar a los padres que quisieran llevar a sus hijos —los menores de 14 años no pueden asistir a las corridas— , se anunciaba como «espectáculo para todos los públicos y sin sangre». Pero la hubo. Humana.
Cuando Ismael intentó recortar de rodillas al segundo toro, éste se revolvió y le corneó en la nalga izquierda. Fue el peor percance en lo que va de temporada taurina en Barcelona, aunque no se maltrató ningún toro, si eso es lo que preocupa a los políticos que en julio aprobaron prohibir la fiesta nacional a partir del año 2012.
Tras dos días y medio en la UCI de la Clínica de Nuestra Señora de los Remedios de Barcelona, Cárdenas pasó a planta y luego fue trasladado al Hospital Virgen de la Cinta de Tortosa, donde hoy espera recibir el alta.
A punto de ser padre, —su mujer, Cristina, está embarazada de siete meses y medio— y con una grave cornada ya en su currículo de recortador, Ismael no se achanta. «Volveré a concursar», dice este joven que comenzó a ser recortador a los 11 años y que tiene claro por qué se ha prohibido las corridas de toros en Cataluña: «Porque son un símbolo de España».
