CONCHA VELASCO
Trabajé mucho con Manolo, aunque yo creo, y ya sé que a él no le gustaba, que habría que llamarle don Manuel. Ha sido un grandísimo actor; sin él no existiría el cine español, esa es la verdad. Sí, la mayoría de sus papeles eran personajes secundarios, y sólo en los últimos años hizo algún papel protagonista, pero yo creo que no hay papeles pequeños, lo que hay son pequeños actores. Era un cómico de los de siempre. Por encima de todo, soy actor, decía. Hoy, cuando se valora mucho en España el trabajo de los actores, eso no parece tan importante, pero en otros tiempos definirse como actor no era tan sencillo. No son tan lejanos los tiempos en los que a los cómicos no se les permitía ser enterrados en tierra de cristiano. Por eso, hoy más que nunca, me siento muy orgullosa de pertenecer a la misma profesión que alguien como Manuel. Culto, educado, respetuoso, buena persona... Creo que no debemos estar tristes, porque, aunque es insustituible, su recuerdo es imborrable.






