EFE
El vertido tóxico se originó el 4 de octubre
Se eleva a nueve el número de fallecidos a causa de la riada tóxica que el pasado 4 de octubre arrasó 40 kilómetros cuadros en el oeste de Hungría, tras romperse una balsa de acumulación de lodos.
Se trata de una persona mayor y vecina de Kolontar, la localidad donde la oleada tóxica golpeó con más fuerza, según Protección Civil,
La muerte se produjo esta mañana en el hospital de la localidad de Ajka, donde se encontraba ingresado con graves heridas.
La mayoría de los muertos eran residentes de Kolontar. En algunos casos, los cuerpos fueron arrastrados hasta cinco kilómetros por la avalancha del lodo contaminante.
Se espera que los habitantes de Kolontar, que fueron evacuados el sábado, puedan volver a la localidad durante el fin de semana. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha visitado la zona hoy.
Control estatal
La Policía húngara precintó ayer las entradas de MAL. También ha confiscado sus sistemas de información, después de que el Parlamento aprobara una ley de emergencia que permite al actual Gobierno de centro-derecha hacerse con el control de la compañía y de sus activos.
Según el comisario de Desastres, Gyorgy Bakondi, la firma permanecerá bajo control estatal hasta que pague los costes de la operación de limpieza, que ha sido adelantada por el Estado, según informa el diario Nepszabadsag.
El presidente de MAL, Zoltan Bakonyi, permanecerá bajo custodia policial a la espera de la decisión del juez sobre su arresto. Bakonyi ha presentado un recurso contra su detención y contra las acusaciones presentadas contra él, como la de no poner en marcha las medidas de contingencia necesarias en caso del deterio de la balsa de contención.
Polvo tóxico
El contenido de polvo tóxico en la localidad de Kolontar es muy alto, por lo que las autoridades han aconsejado a los operarios que trabajan en las tareas de contención y reconstrucción que renueven sus mascarillas cada dos horas.
Así lo ha comunicado György Töttös, portavoz del equipo de Protección Civil que coordina las labores de limpieza en las zonas afectadas y la edificación de defensas.
El buen tiempo está contribuyendo a que la dañada balsa origen del vertido no se fracture más, y ha acelerado que el lodo tóxico se convierta en polvo y se traslade al aire.
«Desde hace varios días no han crecido las grietas detectadas en el muro norte del dique de la represa accidentada», ha añadido Tüttös.
Las autoridades húngaras reforzarán hoy el dique de contención que protegería a los pueblos de Kolontar y Devecser de una posible marea roja.
La catástrofe medioambiental ha causado 8 víctimas mortales y 150 heridos, de los cuales unos 50 todavía continúan hospitalizados en diferentes instituciones del país.
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