Mourinho cambió el dibujo táctico fuera de casa. Y mejoró el juego del Real Madrid. Una cuestión vital en la casa blanca, aunque hay detalles menores que contribuyen en el cambio de paso que pide a gritos un equipo que aspira a pelear por todos los títulos. La solidez defensiva está a vista de todos, el manejo del partido y la administración de la posesión del balón corresponden al Madrid en la mayoría de los partidos, pero faltan otros conceptos por pulir.
Sobre todo en la fase final del juego. Ahí, el término combinar brillaba por su ausencia. Los dos o tres delanteros puros, en función de la alineación, olvidaban asociarse con el compañero porque buscaban logros personales por encima del colectivo. Y se señaló y recalcó el carácter individualista tanto de Cristiano Ronaldo como de Gonzalo Higuaín. Un detalle que no pasaba desapercibido para el cuerpo técnico. Sin asociación es muy complicado terminar las jugadas y las decisiones erróneas sólo contribuían a que los delanteros perdiesen la pelota y su referencia defensiva cuando la administraba el contrario. Hubo tirón de orejas. O reválida para los dos máximos artilleros del año pasado. Tanto CR como Higuaín se dedicaron a hacer la guerra por su cuenta en un intento de convencer a Mourinho, tema que zanjó el técnico con charlas didácticas.
Y la lección parece que recoge sus frutos. El Pipa marcó el primer tanto y el cuarto a pase de Cristiano y es la tercera ocasión que se repite la escena. El primero fue muy festejado por ambos delanteros, con fuerte abrazo incluido. Solidaridad a paladas. La noción básica del fútbol y que se repitió en el segundo mazazo del Madrid. Ozil se aprovechó de un desajuste defensivo del Málaga para poner el premio en bandeja a Cristiano Ronaldo.
Segundo doblete
Marcaron los dos cazarrecompensas del área por partida doble. En el caso del argentino hay «bonus» porque el Málaga es uno de sus equipos preferidos. Le ha marcado siete goles en cuatro partidos. Un ensañamiento que pudo ser peor pues regaló un penalti en uno de los encuentros pasados en el Bernabéu.
El torito portugués, por su parte, logró su segundo doblete consecutivo esta temporada y se mete en el grupo de pichichis de la Liga con seis tantos a la espera de los encuentros que quedan por disputarse. Lo hizo de penalti. A balón parado. Una de las facetas en la que destaca sobremanera. Fue fichado por su puntería y por la facilidad para salvar barreras. Sin embargo, no ha dado muestras de dicha precisión porque no para de estrellar balones contra la barrera. Ayer, CR y Pipa reforzaron el pacto mientras que Benzema, que tuvo minutos al final, sigue sin entrar en las actuaciones con papel de actor principal.






