La banca española necesitará entre 35.000 y 40.000 millones de euros para afrontar las mayores exigencias de capital derivadas de la nueva regulación financiera internacional, según afirmó ayer el director del Centro del Sector Financiero de Pricewaterhouse e IE Business School, Luis de Guindos.
Según De Guindos, la incertidumbre y la volatilidad de los mercados financieros no permiten recurrir a la emisión de acciones y otros activos computables como capital, por lo que, a su juicio, muchas entidades, sobre todo cajas de ahorros y bancos de tamaño mediano, tendrán que recurrir a la venta de participaciones industriales para poder cumplir con el nivel de recursos propios que exige la nueva normativa de Basilea III.
Sin embargo, en opinión del que fuera secretario de Estado de Economía en el Gobierno de José María Aznar, los mayores requisitos de capital «no tendrán un gran impacto» en los dos mayores bancos españoles, Santander y BBVA, cuyos ratios de capital de máxima calidad (Tier 1) ya cumplen con los objetivos marcados, mientras que la banca mediana y las cajas de ahorros sufrirán un impacto «bastante más significativo».
En este sentido, señaló que la nueva regulación penaliza el modelo de entidad financiera como accionista de referencia de empresas, sobre todo cuando se trata de no cotizadas, lo que apunta directamente a desinversiones de participaciones industriales por parte de cajas de ahorros.
Otra consecuencia de la mayor exigencia de capital, que entrará en vigor en 2019, pero cuya aplicación podría adelantarse, será un incremento del coste de los préstamos que se hacen las entidades entre sí en el mercado interbancario, lo que repercutirá en el de los préstamos que conceda la banca a la clientela, que serán más caros y restrictivos.







