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Weber se presenta como el ansioso aspirante a un trono que aún tiene rey a doce meses vista
Día 27/10/2010 - 12.11h
El gobernador del Bundesbank acaba de dar a la vez un susto a los mercados, un disgusto al presidente del Banco Central Europeo y una zancadilla a sus propias aspiraciones de sustituir a Jean-Claude Trichet al frente de la moneda común. Éste no sólo lo ha contradicho en público sino que ha elogiado la postura en la crisis de Mario Draghi, el otro serio aspirante de la Banca d’Italia.
Este respetado experto en economía monetaria y hacienda se ha ido a Nueva York para manifestar que el programa de crisis, en concreto la compra de bonos de la deuda que está realizando el BCE, debe tocar a su fin ya. En su opinión no habría pruebas empíricas de que hubiera «contribuido a estabilizar los mercados de deuda» de la eurozona.
Así como los riesgos «asociados a este programa superan sus beneficios, estas compras de activos deberían acabarse para siempre», sostiene quien ya se mostró, por adelantado la pasada primavera, contrario a su implantación como recurso financiero ante la deriva en los diferenciales en los mercados de la deuda.
Pero una cosa es que el BCE haya gastado ya 63.500 millones en la compra de deuda pública de países problemáticos, en la periferia de la eurozona, y otra que sea el papel del gobernador del Bundesbank expresarse en estos términos en tan delicado asunto y, más, sin estar en concordancia con el propio presidente del instituto monetario europeo. El economista jefe del banco, Jürgen Stark, ha tenido que intervenir para afinar la disonancia: «Es normal que haya diferencias en el seno del consejo ejecutivo. Pero el BCE debe hablar luego en público con una sola voz».
El BCE ya ha gastado 63.500 millones en la compra de deuda pública
Cierto es que, pese a estas adquisiciones, las tensiones sobre los bonos soberanos de las haciendas más débiles de la eurozona —en concreto Grecia e Irlanda, pero sin ignorar a España, Italia y Bélgica— han devuelto los nervios a los inversores. Pero a todos parece que, en todo caso, Weber no se está haciendo un favor, en sus aspiraciones a la presidencia del BCE.
«¿Qué mueve realmente a Weber?» se cuestiona un análisis del económico «Handelsblatt», al observar cómo reiteradamente el gobernador del Bundesbank viene criticando la decisión del consejo ejecutivo del BCE de mantener la compra de bonos.
A Trichet le quedan 12 meses al frente del BCE y es previsible que no se deje quitar el timón
Diferencias irreconciliables
Desde hace meses, las diferencias de Weber con el conjunto de la institución se han hecho evidentes, a lo que se añade su sugerencia de una subida de tipos de interés: «Mantener una política de tipos acomodaticia durante demasiado tiempo podría desestabilizar las expectativas de inflación, que son difíciles de controlar. Por ahora, no obstante, la política monetaria permanece en su nivel apropiado».
El que puede ser nuevo gobernador del BCE no cree en los rescates financieros
Por si hacía falta saber algo más de sus intenciones libertarias, si llega a presidir el BCE, el gobernador del banco central alemán afirma que no confia en los rescates bancarios y que «los accionistas y los gobiernos son los únicos responsables de resolver los problemas de financiación y de infracapitalización de las instituciones financieras individuales».








