Poco más de una semana después de que José Luis Rodríguez Zapatero anunciara la remodelación en su Gobierno, el nuevo Ejecutivo afronta hoy su primera Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al trimestre veraniego -de julio a septiembre-, y que es también la primera desde que se aprobara definitivamente en el Congreso la reforma laboral.
Las nuevas medidas no han conseguido de momento uno de los objetivos que destaca el nuevo ministro del ramo Valeriano Gómez, llegar a la gente. De hecho, la mayoría de los parados entrevistados por ABC tienen un conocimiento poco preciso o, incluso, erróneo de en qué consiste esta reforma.
Tras unos primeros días en que el futuro de Batasuna y ETA y el fuego cruzado con la oposición han protagonizado la acción del nuevo Gobierno, la EPA le devuelve hoy a la realidad. Tradicionalmente, el tercer trimestre es uno de los más favorables para la evolución del mercado laboral español, gracias al tirón de la hostelería y el turismo, lo que sirve de colchón para que el estreno ante la EPA del nuevo Gobierno y, en concreto, del recién estrenado ministro de Trabajo, no suponga un batacazo pleno.
Desde antes de conocerse oficialmente los datos, se apuntaba que la encuesta reflejaría que la economía española es capaz de crear empleo, aunque no tanto como para bajar de la barrera del 20 por ciento. Algunos analistas consultados por Ep coinciden en que la situación del mercado laboral no ha cambiado mucho entre julio y septiembre en comparación con el segundo trimestre, cuando el número de parados se incrementó en 32.800 personas y la tasa de desempleo se situó en el 20,09%, pese a que se crearon 82.700 empleos.
Así, todos ellos observan cierto periodo de estancamiento en el mercado laboral, a pesar de que antes del verano entró en vigor la controvertida reforma laboral, debatida durante meses por los agentes sociales y que finalmente ha sido impuesta por decreto.







