«Han pasado dos años desde que la peor crisis financiera desde los años treinta asestara un duro golpe a la economía mundial. La Reserva Federal, trabajando con los legisladores nacionales y extranjeros, respondió con medidas fuertes y creativas para ayudar a estabilizar el sistema financiero y la economía (...). A pesar de los progresos, cuando el comité de la Reserva que elabora la política monetaria —el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC)— se reunió esta semana para analizar la situación económica, difícilmente podíamos sentirnos satisfechos. Los objetivos de la Reserva Federal —su doble misión, establecida por el Congreso— son los de promover un elevado nivel de empleo y una inflación baja y estable (...). El FOMC decidió que, con un desempleo elevado y una inflación muy baja, la economía necesita más apoyo. Con unos tipos de interés a corto plazo que ya son prácticamente todo lo bajos que pueden ser, el FOMC acordó prestar ese apoyo mediante la compra adicional de bonos a largo plazo, como hizo en 2008 y 2009.
El FOMC pretende comprar otros 600.000 millones de bonos del Tesoro a más largo plazo a mediados de 2011 y seguirá reinvirtiendo el pago del principal de los préstamos en sus carteras de bonos, como hace desde agosto. Este planteamiento ha mejorado las condiciones económicas en el pasado y, de momento, parece que vuelve a ser eficaz. Los precios de las acciones han ido en aumento y los tipos de interés a largo plazo han bajado cuando los inversores empezaron a pronosticar la medida más reciente. Una coyuntura económica más cómoda fomentará el crecimiento (...). Si bien las compras de activos son una herramienta poco habitual de la política económica, algunas inquietudes respecto a esta estrategia resultan exageradas. Por ejemplo, a sus detractores les preocupa que puedan desencadenar un incremento excesivo de la oferta monetaria y, en última instancia, aumentos importantes de la inflación. Nuestra utilización de esta política en el pasado tuvo escaso efecto en la cantidad de divisa en circulación o en otras medidas generales de oferta monetaria, como los depósitos bancarios. Tampoco provocó un repunte de la inflación.
Hemos realizado todos los preparativos necesarios, y estamos seguros de que disponemos de las herramientas indispensables para desarrollar estas políticas en el momento oportuno. La Reserva Federal está comprometida con ambos aspectos de su doble misión y adoptará todas las medidas que sean precisas para mantener la inflación baja y estable.
Pero la Reserva Federal tiene la obligación especial de ayudar a crear más empleo y mantener la estabilidad de los precios. Las medidas que se han adoptado esta semana deberían ayudarnos a cumplir esa obligación».







