Urgido por las insistentes presiones de los mercados internacionales, el Gobierno irlandés anunció ayer que recortará en 6.000 millones de euros su presupuesto para 2011, lo que supone casi la mitad del ajuste de 15.000 millones previsto para los próximos cuatro años. Se trata de una medida de choque tendente a «convencer a la gente de la que dependemos para financiar nuestro déficit de que continúe aportando dinero al Estado», dijo Brian Cowen, primer ministro irlandés. Con ello se espera reducir el déficit público, que este año alcanzará el 32%, hasta el 9,25% o 9,5%, abriendo así camino al objetivo de bajar hasta el 3% en 2014.
El hecho de adelantar a 2011 el grueso del ajuste —con peso en el recorte del gasto, aunque también habrá aumento de impuestos— supone un reconocimiento de que Irlanda no toca fondo en la desconfianza hacia su solvencia. Cowen admitió que el enorme tijeretazo en 2011, cuyo detalle se especificará cuando en unas semanas se presenten los presupuestos, «tendrá un impacto negativo en el crecimiento económico» y afectará a nivel de vida de todos los irlandeses. Según el Ministerio de Finanzas, el recorte de 6.000 millones de euros significará una reducción del crecimiento de entre un 1,5% y un 2% durante el próximo año. La Comisión Europea y el BCE dieron la bienvenida al anuncio de Dublín.
Mientras, a España cada vez le cuesta más trabajo mantenerse al margen de las dudas de Irlanda y Portugal. Ayer el Tesoro Público consiguió colocar, en la primera emisión que celebra en noviembre, 3.386,69 millones de euros en bonos a cinco años, aunque tuvo que pagar un 20% más de interés que hace tan solo dos meses. Así, el tipo marginal de la subasta ascendió al 3,601%, frente al 2,997% de la colocación del pasado dos de septiembre.
Pese a este repunte del interés, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, afirmó ayer que la deuda española está bien valorada por los mercados y no está peor que el resto de los países de la zona del euro. En su opinión, la situación de mayor dificultad que pudo haber, ahora ya está superada. Pero los mercados no lo tienen tan claro, y la prima de riesgo de la deuda española ha vuelto a repuntar en los últimos días, y ayer superaba los 190 puntos básicos por la presión que existe en el mercado sobre la deuda irlandesa y de otros países europeos de la periferia.
Algunos analistas aseguran que uno de los aspectos que explican el incremento del interés de la subasta celebrada ayer es, precisamente, este aumento de la prima de riesgo de la deuda española. Y es que aunque los inversores discriminan la deuda española de la irlandesa o la portuguesa con diferenciales mucho más elevados, las dudas sobre la posibilidad de que España cumpla sus objetivos de estabilidad siguen vivas en los mercados y las previsiones que ayer hizo públicas el Fondo Monetario no ayudarán demasiado a disiparlas.
Según un informe publicado ayer por el FMI, España logrará su objetivo de reducir el déficit al 9,3% del PIB este año, pero para 2011 el Fondo sitúa los números rojos en el 6,9%, nueve décimas por encima del objetivo del Gobierno. Aún así, esta previsión supone una rebaja de 2,7 puntos respecto a la anterior, que el organismo internacional había realizado antes de que el Ejecutivo pusiera en marcha su plan de ajuste en mayo. El FMI, apunta que pese a los esfuerzos realizados por nuestro país España es, junto a EE. UU., Irlanda, Grecia y Japón uno de los países que registrará un crecimiento más pronunciado del peso de la deuda sobre el PIB entre 2009 y 2011. La previsión del Gobierno en esta materia es que la deuda pública alcance el 62,8% del PIB este año y el 68,7% el próximo.
Por su parte, Portugal recibió ayer el aplauso de Bruselas por la aprobación de los presupuestos para 2011, pero también recibió el apremio para aplicar de forma «estricta» las medidas de austeridad en sus cuentas públicas para crear «bases sólidas» de crecimiento y empleo. Bruselas advirtió al Ejecutivo luso de la importancia de evitar desviaciones en el gasto tanto este año como el próximo.







