Por una vez, la política ha derrotado al fútbol. Las elecciones catalanas del domingo día 28 tienen prioridad ante el partido Barcelona-Real Madrid de ese fin de semana. El propietario de los derechos televisivos, Jaume Roures, accedió a la petición de las autoridades políticas y el clásico del fútbol español se disputará el lunes 29 de noviembre, a las nueve de la noche. La coincidencia de ambos acontecimientos en la misma fecha generaba problemas de seguridad.
Hubo otra clave en esta decisión: la negativa azulgrana a disputar el encuentro el sábado 27. Guardiola advirtió a sus directivos que no podía admitirse esa fecha. El día 24 se miden al Panathinaikos en Atenas y sus profesionales solo tendrían tres fechas de asueto, mientras el Real Madrid afronta su compromiso de Copa de Europa el martes 23, frente al Ajax.
«Sí» a jugar en 48 horas, «no» en 72
Jaume Roures aceptó la exigencia del club catalán. No se comportó de la misma manera con el conjunto madrileño en marzo de 2007, cuando la casa blanca tenía toda la razón. El Real Madrid tuvo que jugar en el Camp Nou el sábado 10 de marzo (3-3) aunque dos días antes se había enfrentado al Bayern (derrota por 2-1), mientras la entidad barcelonista ganaba el miércoles día 7 en Liverpool (0-1). La diferencia es clara.
Ahora, los dos equipos han sido vencidos por el dueño de los derechos televisivos. Ambos solicitaron disputar el gran duelo el domingo, como reconoció Manel Arroyo, portavoz de la Junta de Sandro Rosell.
El Barcelona contaba con el lunes como segunda elección. Sabe que el Camp Nou «se llenará también», como manifestó el lateral Maxwell. «Es atípico, pero se agradece un día más de descanso». El alemán Ozil sacó su vena turca y le contestó desde la casa blanca: «Da igual el día, lo importante es vencer al Barcelona». Villa puso el dedo en la cruda realidad. «Nosotros —los futbolistas— no tenemos opinión y jugar en lunes no es bueno para los aficionados, pero decide el operador televisivo. Será una sensación extraña».
Roures, en efecto, ha aplicado el poder que le otorga su contrato. Y no está el horno para que los grandes protesten. Los otros clubes piden que Barcelona y Real Madrid cobren menos para repartir más dinero al resto.
