La práctica totalidad de la plantilla de Progalsa participó ayer en una nueva acción ciudadana reivindicativa para denunciar la situación que atraviesan, cuando ya son 6 las nóminas que acumulan de retraso en los cobros.
Los trabajadores cortaron durante aproximadamente media hora todo el tráfico en un eje central de la ciudad, el que va desde la Glorieta de Cuatro Caminos hasta la Plaza de Santo Domingo, por las calles Toledo y Virgen del Amparo.
Los trabajadores han suspendido la huelga indefinida ante la poca repercusión que esta tenía para el empresario, pero se mantienen parados cada miércoles, y anuncian que una vez a la semana seguirán realizando acciones de este tipo.
En la protesta de ayer sorprendió el desmesurado despliegue policial y de antidisturbios que preparó la Subdelegación del Gobierno, algo que molestó a los trabajadores, que hasta la fecha se han caracterizado por la normalidad y la calma en todas sus protestas. Los agentes policiales advirtieron a los manifestantes que actuarían de modo contundente si estos salían de la ciudad y trataban de cortar la N-320 o la A-2, cosa que no ocurrió.
«Seguimos igual que el primer día y no nos dan una solución. El problema es que no hay nada nuevo», se lamentaba el presidente del comité de empresa, el histórico sindicalista del metal José María Gil, quien se quejaba de que la legislación y el sistema económico permita a un empresario «abandonar a su suerte su empresa y que no le pase nada».
Para hoy jueves hay prevista una nueva reunión entre los obreros, la dirección de la empresa y la Delegación de Trabajo.