A falta de estímulos políticos que lancen su campaña en las autonómicas catalanas, las sombras del pasado de Joan Laporta como mandatario azulgrana vuelven al primer plano. Ayer, el agente de jugadores Bayram Tutumlu denunció que el ex presidente del Barça «robó» al club 8,2 millones de euros y que incluso «estafó a sus propios jugadores». Las acusaciones del agente abundan en uno de los episodios más oscuros del laportismo, la relación que se estableció entre el club y la nada democrática República de Uzbekistán.
Según Tutumlu, fue él quien puso a Laporta en contacto con un magnate uzbeko, Miraldil Djalalov, con quien cerró, por 5 millones de euros, un acuerdo por el cual el Barça disputaría dos partidos con el Budyonkor y enviaría a aquel país a varios de sus jugadores para tareas promocionales. «Laporta cobró una comisión de 3 millones de euros que recibió mediante una transferencia a una cuenta de su despacho de abogados», denunció Tumlu. Jugadores como Eto'o, Messi, Puyol, Iniesta, Fàbregas y Cristiano Ronaldo habrían recibido 300.000 euros por un «clinic» cuando Laporta habría pactado un millón, según el agente. El agente ha puesto una demanda admitida a trámite, asegura, reclamando su 10% de comisión, informa Efe.
En respuesta, Laporta negó haber cobrado comisiones por negocios relacionados con el Barça y aseguró que el acuerdo con Uzbekistán fue una gran operación para el club. Además, el ex presidente presentó ayer una querella contra Sandro Rosell y la actual junta para «parar las maniobras indecentes» para perjudicar sus aspiraciones políticas y su reputación.






